Por Mario Roque Cayoja (*)
El viento soplaba de sur a norte, de oeste a este, y traía piedras pequeñas y tierra, mucha tierra. Golpeaba mi rostro adolescente. Las casitas estaban nuevas. La visita de mi padre a la vivienda de su amigo Ruddy Tórrez me permitió una tarde de 1970 conocer el barrio alteño de Ciudad Satélite.
Jamás sospecharía ese día que desde noviembre de 1972 se convertiría en mi barrio, ese donde construí esperanzas, donde lloré por la muerte de mi padre y mi madre, donde reí por el nacimiento de mi hija. Cara y cruz de la vida.
Ciudad Satélite era para la mayoría de sus habitantes «una ciudad dormitorio». Y no era exagerado ese denominativo. La mayoría de sus moradores sólo veníamos a dormir porque toda nuestra actividad diaria estaba en La Paz, la más cosmopolita de las ciudades de Bolivia.
La Paz ofrecía estudios superiores, trabajo, diversión y otros menesteres. Muchos de los habitantes de Ciudad Satélite ni siquiera conocían el nombre de sus vecinos, al menos ese era mi caso. Vivía en La Paz y dormía en Ciudad Satélite. Ahora es distinto, estoy más en casa que en la calle.
Ciudad Satélite tiene como fecha de creación el 29 de abril de 1966, y sus barrios fueron denominados como «Planes» y fueron habitados en sus inicios por docentes, miembros de la Fuerza Aérea Boliviana, Policía, mineros, empleados públicos, trabajadores fabriles y de otros sectores.
Se construyó de forma gradual los planes de viviendas: 561, 175, 482, 405, 361, 266, 328, 148, 112, 129, 50B y 24 hasta sumar 3.601 viviendas sociales que ahora dan albergue a más de 40.000 habitantes.
El primer estanque de agua fue convertido hace dos decenios en sede del museo Antonio Paredes Candia.
El mercado de Ciudad Satélite se edificó en 1968 y la llamada Junta Central de Ciudad Satélite otorgó terrenos para la construcción de la escuela Vicente Donoso Torrez, colegio Mejillones, Regimiento Policial No. 3, templo católico Pío X, Parque Mirador de los planes 175, 482 y 328, complejo deportivo y para la Plaza Sebastián Pagador y Plaza 10 de Noviembre.
El programa de viviendas sociales que favoreció a Ciudad Satélite data del tercer gobierno de Víctor Paz Estenssoro, quien puso en funcionamiento el Consejo Nacional de Vivienda (Conavi) el 27 de marzo de 1964. En dos años hubo viviendas en Ciudad Satélite, convirtiendo al barrio en modelo de ciudadela en el país.
«Estos terrenos pertenecieron a la hacienda de Vicente Tejada, y fueron adquiridos por Conavi, con recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Tesoro General de la Nación (TGN). La entrega de la primera vivienda se ha hecho en el plan 561 por el presidente René Barrientos», relató don Carlos Tovar al escritor Marco Antonio Quispe.
Ciudad Satélite también cuenta con más de 15 áreas forestales, complejo deportivo con canchas de fútbol, coliseos techados, agencias bancarias, tiendas comerciales, moderno Shopping con plaza de comidas, sucursales de Hiper Maxi y Ketal, hotel Orquídea en la avenida Satélite, estación de las líneas Amarilla y Plateada del Teleférico El Alto-La Paz y varios sitios de esparcimiento en sus 15 planes y 119 manzanos.
La mayoría de sus calles son asfaltadas, algunas tienen adoquines o son empedradas. Hay conexiones de gas domiciliario, energía eléctrica, Internet, tv cable, telefonía de Cotel, agua potable y resta la renovación de su red de alcantarillado porque las casas chatas dieron paso a edificaciones de varios pisos.
Existen dos vías que unen Ciudad Satélite con La Paz, a través de las avenidas Marcelo Quiroga Santa Cruz y Max Fernández.
Los jóvenes bohemios frecuentaban discotecas Rey Salomon, Shiringala, Bugui Dance, Zanelo Castellano, Roller Bogiee y Habana, y los mayores asistían a Number One, entre otros boliches.
También se usaba para fiestas la Casa Comunal que estaba frente al mercado. Y para ver películas estaba el cine Fanola.
El Hospital Boliviano Holandés que es de segundo nivel fue administrado en el pasado por el Grupo Fides y la organización española Médicos Mundi. Ahora por la Alcaldía de El Alto. Antes funcionó el hospital 20 de Octubre que estaba en inmediaciones del mercado.
Además debo relatar que en mi época de colegial fui colaborador de «El Alto» que era un diario dirigido por don Roberto Mercado y el jefe de redacción era Roberto Montenegro. Después terminé metido en el periodismo hasta llegar a escribir en varios diarios del país y en agencias internacionales como UPI, Reuters y DPA.
El Lobo Mayor (Rudy Mercado) relató que «el 30 de abril de 1966, cuando mi mamá tenía 35 años, junto a mi papá Roberto Mercado, de 41, nos fuimos a vivir a la naciente Ciudad Satélite; pues ese día entregaban las primeras casas del Plan 561». Don Roberto tenía a su cargo una notaría de Registro Civil.
Su hermano, Oscar Mercado, recordó que en 1966 y años posteriores tenían que ir a buscar agua en los barrancos próximos a Ciudad Satélite.
«Se usaban cantidades de velas para poder hacer nuestras tareas porque no había tendido eléctrico. Eso fue empezar y por esas cosas amo a mi Ciudad Satélite», escribió en su muro de Facebook.
El Plan 561 es el pionero de Ciudad Satélite y recuerdo a muchas familias amigas de ese barrio: Los Mercado, Los Arraya, Los Valencia, Los Ocampo, Las Carrasco, Los Torrez, Los Aliaga, Los Camacho, Las Nogales, Los Maldonado, entre otros.
Otro personaje que recuerdo es a Hernán Barea que era dirigente de la Liga Deportiva de Ciudad Satélite, cuyas canchas estaban en el Plan 328.
Don Hernán era activo y era sonada la inauguración de los campeonatos de fútbol porque invitaba a clubes profesionales como The Strongest, Bolívar, Ferroviario y otros que militaban en la Asociación de Fútbol de La Paz (AFLP).
También existían buenos equipos como The Rocket’s, Mariscal Sucre, Venus, Medellín, Santos, Torino, Estudiantes, San Martín, 1o. de Octubre, 24 de Agosto, entre otros.
Ni que decir de los jugadores. Varios de ellos llegaron a jugar en clubes profesionales y el seleccionado nacional, cito a algunos: Almicar Maldonado, Reynaldo Zambrana, Ramiro Castillo, Eliseo Ayaviri, Jorge y Carlos Tavera, Rudy Mercado, Elmer Pardo, Pacífico Llanos, Wilbo Estrada, entre otros.
Otros ilustres que vivieron en Ciudad Satélite fueron el gran campeón de boxeo, Cornelio Yapura o el coronel Julio Lara Salazar, que fue presidente del club Litoral y comandante policial.
En cuestión de transporte se recuerda a los colectivos 13 de San Cristóbal, 14 de Villa Victoria, 19 de Eduardo Avaroa, Los Rapiditos que cada noche partían desde la Plaza San Francisco con servicio a puerta, los buses de EMTA, Micro E, L, Trufi 3 o el colectivo 1A que iba a La Ceja.
Tampoco olvido el aporte del escritor costumbrista Antonio Paredes Candia que hizo todo para que exista un museo. Donó sus obras de arte, libros, pinturas, esculturas y vivió hasta su último suspiro pendiente de la obra de su creación.
En el comienzo de los años ochenta hubo el Café Arte & Cultura dirigido por Huáscar Cajías en una vivienda del Plan 561 con clases de música, pintura y otras actividades para los jóvenes.
Otro punto de atracción cultural era el Centro Don Bosco (construido en la jurisdicción de la vecina Villa Tejada Rectángular).
«Yo me hice actor en Satélite. Haciamos teatro en el Don Bosco. Los changos caminábamos por todo Satélite mientras nuestros viejos bajaban a trabajar a La Paz», recordó Raúl «Conejo» Beltrán.
El Centro Don Bosco tuvo entre 1979 y 1980 su propio grupo teatral. También había «Causa» dirigido por Freddy Amusquivar, proyecto cultural que quedó truncado por el golpe militar del 17 de julio de 1980 por Luis García Meza y Luis Arce Gómez.
Además destaco la obra del señor Iván Nogales (falleció en marzo de 2019) con la Fundación COMPA (Comunidad de Productores en Artes) que nació en 1989 como Teatro Trono en el Plan 50 (actual pasaje peatonal) que favoreció a niños y jóvenes. Hermosa obra cultural.
Para quienes seguimos viviendo en Ciudad Satélite es un orgullo su permanente transformación.
Mario Roque Cayoja es periodista y vecino de Ciudad Satélite.
Gracias me gustaría saber de donde mas tener información para mi tesis de grado en la carrera de Historia