Por Johnny Fernández Rojas (*)
Hace exactamente un cuarto de siglo, el 24 de noviembre de 1998, la Defensora del Pueblo de ese entonces, Ana María Romero de Campero, inauguró una Representación Especial en la Ciudad de El Alto.
Por el significado histórico de este hecho, Mons. Jesús Juárez, en su calidad de Obispo de esta ciudad, bendijo a las flamantes instalaciones de esta institución.
Al acto asistieron, principalmente periodistas, dirigentes vecinales, miembros de la Sociedad de Residentes Potosinos Cornelio Saavedra y varios peticionarios de justicia que, ya aguardaban el funcionamiento de la misma, por la expectativa generada previamente Roberto Quiroz Guillen como Represente Defensorial, María Elba López, Marina Vargas Sandoval, Tania Terán Ariscurinaga, Johnny Fernández Rojas en calidad de personal técnico y Melba de Montoya como encargada de limpieza, fueron los primeros integrantes de esta representación defensorial.
Un par de días después, se incorporó Juvenal López Rocha, y todos ellos extremaron sus esfuerzos, para dar atención a la ciudadanía aquejada por la infinidad de problemas.
En el discurso de rigor Ana María Romero de Campero destacó la importancia de la nueva institución y la necesidad de su implementación en la Ciudad de El Alto, agregó que no siempre será la institución la defensora, sino que los periodistas, aunque sin ese membrete, son los defensores de la población, porque en sus principales labores cotidianas, están la búsqueda del respeto a las personas y la exigencia de aplicación de la justicia.
Sin dar lugar a equívocos, la mayoría de la población alteña y de los municipios circundantes, en este lapso, tuvieron contacto y en diferente grado con la institución. Esta relación se dio por el planteamiento directo de problemas personales, también en la búsqueda de orientación jurídica, en la atención a problemas de grupos sociales especiales o en las campañas de promoción y de capacitación, que de manera regular desarrolla el Defensor del Pueblo en la Ciudad de El Alto.
Las tareas en los conflictos sociales son las que más exigieron de su presencia e intervención directa, las movilizaciones del área rural en el año 2000, las emblemáticas movilizaciones de febrero y octubre de 2003, de mayo-junio 2005, los conflictos de 2019, entre otros, mostraron el claro posicionamiento y autoridad de la institución defensorial
En las evaluaciones anuales hechos en estos 25 años, esta institución alteña se convirtió en la Representación que más casos atendió, en relación a sus similares del país, excepto el de La Paz, asimismo, también las soluciones a las mismas, se enmarcaron en ese ritmo.
A la fecha, la Representación Defensorial se posicionó incuestionablemente en el quehacer de la Ciudad de El Alto, del departamento de La Paz y del país, seguramente y en atención a su mandato jurídico, seguirá junto a la población, no solamente en la tarea de difusión de los derechos humanos, sino, principalmente, en procura de que las personas ejerzan plenamente sus derechos personales y cumplan con sus obligaciones ciudadanas.
(*) Johnny Fernández Rojas es historiador alteño y miembro de la Comunidad de Estudios de la Ciudad de El Alto (CERCO) elalteniano@johnny-fernandez-rojas