Por Johnny Fernández Rojas (*)
La revelación de nuevos hechos contemporáneos hace que la historia retire paulatinamente el manto de su “verdad”, que la caracterizaba por mucho tiempo. Una inicial prueba de ello es el rol del territorio alteño en su contribución para la proclamación de la Independencia del Alto Perú (hoy, Bolivia).
A principios del Siglo XIX, la población del territorio alteño era mínima y sin ningún impacto, concentradas en las escasas haciendas agrarias, sin embargo, el espacio geográfico sirvió como escenario para fortalecer del ideal y la acción de los patriotas: una nueva patria libre y soberana.
Los hechos de 1781, conocidos como “El Cerco a La Paz”, representaron inobjetablemente como el inicio del fin de la hegemonía del régimen colonial en el Alto Perú y el inicio contundente para la construcción de una nueva nación. El fracaso revolucionario indio se debió principalmente a la supremacía militar de los colonizadores y a alguna infidencia de por medio, sin embargo había logrado el tambaleo del régimen español.
Hechos posteriores a ese alzamiento en territorio alteño, contribuyeron de manera determinante al afán independentista de los patriotas: El 25 de octubre de 1809 pasó a la historia como el primer enfrentamiento bélico entre patriotas y españoles, el gallego Gabriel Antonio Castro curiosamente dirigió a los patriotas contra el ejército de Manuel Goyoneche en la “Batalla de Chacaltaya”. Derrotados los patriotas, sus cabezas fueron clavadas en las picas de Alto de Lima y de Potosí.
El 29 enero de 1810, después de ser ejecutados los “protomártires”, principalmente la cabeza de Pedro Domingo Murillo fue clavada en el actual “Faro de Murillo”. Más de un año después, el 10 de abril de 1811, Vicenta Juaristi Eguino se trasladó a territorio alteño, para recibir a su hermano Pedro, “como integrante de la expedición (Ejercito Auxiliar Argentino) comandado por Juan José Castelli y el coronel Antonio Gonzáles Balcarce”.(1)
Los patriotas que asumieron como estrategia militar la “Guerra de Guerrillas”, modalidad que les permitió utilizar el vasto territorio alteño como lugares de beligerancia: “El 15 (agosto de 1811), se presentó un ‘golpe de indiada’ en los caminos del Alto Lima y Potosí, quedando cortada la comunicación de la ciudad…el 20 y 21 de agosto, los rebeldes mataron a algunos viajeros, colocando sus cabezas, como los españoles lo habían hecho antes, en horcas elevadas en el Alto de Potosí. Finalmente, el 22 empezaron a descender y atacar la ciudad, llegando incluso hasta el Barrio de San Sebastián…”. (2)
Ese hecho inició el segundo “Cerco a La Paz”, casi con similares características a las de 1781. Tiempo después, el Teniente Coronel Pinelo y el presbítero Muñecas, (la última semana de septiembre de 1814)…se reunieron en “Los Altos de la Ciudad” para organizarse y hacer frente a las fuerzas del Gobernador-intendente español Gregorio de Hoyos Fernández de Miranda García del Llano, marqués de Valde Hoyos. (3)
Otro pasaje histórico hace referencia a: “Replegados los restos de la expedición cuzqueña después de la derrota del 2 de noviembre de 1814 en el Alto de La Paz, hacía el Partido de Puno del bajo Perú, la personalidad del caudillo Ildefonso de la Muñecas, en vez de perderse en el anonimato de la derrota, se perfila como uno de las más intrépidos Caudillos del movimiento revolucionario de la época”. (4). Más de dos semanas después: “… el 15 de octubre (1814), Pinelo y Muñecas dispusieron el regreso de sus tropas a las alturas de Chacaltaya, desde donde hostigaban a la fracción dirigida por el coronel Juan de Dios Saravia que tomó posesión en La Ventilla… la situación permaneció estacionaria hasta el 1ro. de noviembre, cuando Ramírez se le unió a Saravia. Al día siguiente el brigadier resolvió dar batalla a los patriotas produciéndose el enfrentamiento en el Alto …el resultado era previsible…”. (5)
Uno de los realistas más sanguinarios que conoció esta etapa de la historia de Bolivia, fue la presencia de Mariano Ricafort que llegó el 25 de octubre de 1816, a la Ceja de El Alto de La Paz, desde donde sentenció “pobre pueblo de indios, no dejaré piedra sobre piedra, ni más tesoros que lágrimas”. (6)
“El 6 de agosto de 1823, cuando la división de Santa Cruz llegó a El Alto y cuando sus tropas tomaron los caminos que conducen a la ciudad, un gentío enorme se apresuró a salir al encuentro de los patriotas”. (7). “El general Pedro Olañeta se presentó en El Alto de la ciudad en la mañana del 24 de septiembre de 1823 y antes de atacarla envió un parlamentario intimando rendición al intrépido guerrillero Lanza, quien se negó a deponer las armas …Lanza viendo que sus tropas eran diezmadas por la enorme superioridad de las armas realistas, tuvo que emprender retirada…”. (8)
“El 7 de febrero de 1825, cerca del medio día, el Mcal. José Antonio de Sucre fue recibido por la población en los “Altos de la Ciudad”, para su ingreso triunfal a la ciudad” (9)
El 6 de agosto de 1825 se fundó la República de Bolivia. Redactaron el Acta de Fundación, precisamente los que no participaron en el proceso independentista.
Notas
(1) “Vicenta Juaristi Eguino. La revolucionaria de La Paz”. Ana María Seoane Flores. La Paz.. 1977. Imp. Bolivia Dos Mil. p 98. p 57
(2) “Espacio urbano y dinámica étnica, La Paz en el siglo XIX”. Rossana Barragán. Ediciones Hisbol. 1990. La Paz. P 307. p. 127/128
(3) “Ildefonso de la Muñecas” Alipio Valencia Vega, Editorial Juventud. 1978. La Paz. P.27
(4) “Ildefonso de las Muñecas y los mártires de la Republiqueta de Larecaja”. Tomo IV Jornadas Peruano Bolivianos de estudio científico del altiplano boliviano y del sur del Perú. Arturo Costa de la Torre. Editorial Casa Municipal de la Cultura “Franz Tamayo”La Paz. 1975. P. 223. p51.
(5) “La vida cotidiana en La Paz. 1800-1825”. Crespo R., Alberto; Arce Aguirre, René;. De Romero B, Florencia y Money, Mary. Editorial Universitaria. UMSA. 1975 . La Paz. P. 85
(6) “Chuquiapu Marcka, Novela histórica de la ciudad de La Paz”. Héctor Aliaga Suárez 1973 imprenta “Renovación” 217 p. La Paz P. 97.
(7) “Historia colonial de La Paz”. Víctor Santa Cruz. Primer Premio Municipal del Concurso de Historia de 1941. La Paz. 348p. P 307
(8) “Síntesis histórica de la ciudad de La Paz”. Julio Díaz Arguedas. Instituto de Investigaciones Históricas y Cultura de La Paz. 1978 p484. P 201
(9) “Historia en imágenes: Ciudad de El Alto”. Johnny Fernández Rojas. Ediciones Quishuaras. 2002. Ciudad de El Alto
(*) Johnny Fernández Rojas es periodista e historiador alteño elalteniano@gmail.com – Cel. 70138822