Filosofía política de la rebelión de Tupac Katari en 1781

Por Abdón Zárate (*)

La filosofía política busca conocer la esencia del Estado, procurando establecer el objetivo de los hechos políticos para encontrar su justificación. Norberto Bobbio entiende que es la teorización sobre el “modelo ideal de Estado fundado en algunos postulados éticos”, que buscan construir una sociedad perfecta.

Toda acción política se funda en ciertos valores e ideales orientados hacia una sociedad donde la justicia e igualdad entre las personas sea una realidad. La rebelión de Tupac Katari en 1781 manifiesta ciertos principios rectores que orientan el accionar de los pueblos indígenas en la colonia.

La rebelión de Tupac Katari

Julián Apaza “Tupac Katari” nace en 1750, en el Ayllu Sullkavi del cantón de Ayo Ayo de la provincia Aroma. Huérfano, desde muy niño tuvo que dedicarse a actividades agrícolas, siendo adolescente se hace monaguillo de la iglesia de su comunidad. En su juventud es mitayo en las minas, llegando a la madurez como comerciante de coca y bayetas. Este trajín por distintos lugares le permite conocer la sociedad colonial estamental, en el que el indio ocupa el último lugar.

La sociedad colonial se estructura en un régimen virreinal, en el que las minas y haciendas son espacios de explotación del indio. Los repartimientos de tierras entre los españoles y la encomienda como espacios de cristianización de los indios para extirpar idolatrías, consolidan la existencia de las haciendas.

Estas instituciones coloniales se orientan por el despojo de tierras y la pérdida de libertad para los indios. Mediante el latifundio los indios son explotados laboralmente en las haciendas; mientras la iglesia impone sus diezmos y ofrendas. El Estado colonial vive del trabajo del indio mediante el tributo, cobro realizado por los caciques, cuyo incumplimiento se sanciona con azotes, torturas y embargo de bienes. Este régimen de explotación y expoliación del indio es vivido por Katari.

Tupac Katari coordina la sublevación con otros caciques principales y jilaqatas de comunidades aledañas. Lo apoyan Tupac Amaru, Bartolina Sisa, Gregoria Apaza, Juan de Dios Mullupuraca, Tomá Inga Lipe, Manuel Calle, Felipe Apaza, Pedro Obaya, junto a 40.000 indios para la sublevación ante el régimen colonial. En inicio fueron Ayo Ayo, Sica Sica, Sapahaqui, Capinota, Cavari, Inquisive, Luribay, Caracato quienes iniciaron la sublevación al cual se sumaron distintas comunidades de las distintas regiones del Tawantinsuyu, hasta extenderse a Cochabamba, Oruro, Potosí, incluso llegar hasta Perú.

El método de lucha fundamental fue la implementación de los cercos. Dos cercos fueron suficientes para resquebrajar el poder colonial. El primero de 109 días y el segundo de 75 días de duración. Estos cercos bloquearon la comunicación de los españoles, criollos y mestizos, dejando al centro de la ciudad sin alimentación, obligando a los cercados a alimentarse de caballos, perros y gatos. La desesperación obligaba a salir a muchos soldados en busca de comida, pero eran interceptados por los indios rebeldes de Katari. A través de dos campamentos, uno en la ceja de El Alto y otro en Pampajasi, los indios podían atacar esporádicamente a los invasores.

Armados de palos, piedras, hondas, y algunos rifles y pedreros, cercaron y atacaron a los colonizadores que tenían armas y cañones para defenderse. Incluso se construyó una represa que se precipitó, pero que desmoronó algunas casas y puentes de la ciudad. Es gracias a los refuerzos enviados desde otros virreinatos que el presidente de la Audiencia de Charcas, José Reseguín, junto al capitán Ignacio Flores, con una tropa de 3.000 soldados con rifles, cañones y caballos, que se logrará liberar a los vecinos de la ciudad. Se ha contabilizado que unos 2.000 indios habrían muerto en esta rebelión, seguramente los españoles, criollos y mestizos fueron también en un número considerable.

Filosofía política de la rebelión

Los ideales de la rebelión pueden encontrarse en las cartas de Katari, al mismo tiempo que en las confesiones de cada uno de sus colaboradores. En calidad de autoridad originaria envía autos a los caciques de las comunidades, donde les dice: “Amados hijos míos de ambas parcialidades de Aransaya y Urinsaya”, donde refleja una responsabilidad por sus hermanos y hermanas, manifestando un conocimiento geopolítico de su territorio. También reconoce la soberanía de las comunidades, pues manifiesta que “les daré a cada cual un tanto de su gobierno”, orientando su accionar hacia la búsqueda del autogobierno. Finalmente, utiliza estratégicamente el lenguaje político de la colonia, pues termina las notas como sigue, “Yo el señor Virrey Tupac Catari”, asumiendo el poder soberano del pueblo en calidad de virrey.

La rebelión se orienta por algunos ideales. La descolonización que busca reconocer sus propias formas de gobiernos milenariamente existentes en el Tawantinsuyu. La liberación que busca librar a los indios de la explotación y sojuzgamiento colonial de los españoles y criollos. La recuperación de su territorio, pues a pesar de la imposición de la distribución colonial del territorio, sobrevivirán las comunidades. La integración del indio en calidad de ciudadano, con todos los derechos y deberes que le otorga su condición de ser humano.

Sanción colonial para la rebelión indígena

El caudillo Tupac Katari canaliza la enorme carga de rebeldía ante la explotación colonial del indio, manifiesto en cada uno de los hechos de la colonización. Este intento de reconstituir el Estado del Tawantinsuyu es violentamente diezmado por los españoles. Es así que, logrando una alianza con el traidor Inga Lipe, se logra capturar a Tupac Katari en Achacachi, en plena celebración festiva, el 10 de noviembre de 1781.

El 14 de noviembre, Reseguín, después de un proceso sumario establece la sentencia de “pena de muerte y despedazamiento por cuatro caballos”, cuyo suplicio es aplicado en la plaza pública de la ciudad. Es aquí donde surge la frase “volveré y seré millones”, como un ideal de legitimidad de la resistencia ante la colonia recurriendo a la multitud, que permanece latente en cada una de las luchas de los pueblos indígenas.

Después del descuartizamiento de Katari, como escarmiento, se coloca la cabeza en Quilliquilli, enviando el brazo derecho a Achacachi, el izquierdo a Sica Sica, la pierna derecha a Caquiaviri y la izquierda a Chulumani. El régimen colonial buscaba amedrentar y eliminar todo resquicio de sublevación, pero ese hecho generó, por el contrario, una memoria heroica de la resistencia indígena. La memoria de Tupac Katari ha construido ideologías como el indianismo y el katarismo en el presente, que buscan reactualizar los ideales de Tupac Katari. Cada nuevo levantamiento se orienta por la reconstitución del cuerpo de Katari y su filosofía política de rebelión.

(*) Abdón Zárate es filósofo, abogado y docente universitario.

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