La población alteña: Tantos y en tan poco tiempo

Por Johnny Fernández Rojas (*)

El crecimiento poblacional de la Ciudad de El Alto, representa una referencia ineludible a la que de inmediato, se la vincula cuando se tiene que referirse a esta ciudad.

La historia contemporánea evidenció que, en cerca de 70 años, los flujos migratorios que se produjeron en la Ciudad de El Alto, se constituyeron en las bases para su actual conformación social.

Este comportamiento demográfico, hasta hace más de un cuarto de siglo, obedeció como todo proceso evolutivo a un natural crecimiento poblacional. Sin embargo, en la década del 80, ocurrieron hechos que apresuraron a diseñar una nueva estructura poblacional de esta ciudad.

Hechos que obedecieron: primero, al fenómeno climatológico de “El Niño”, que se expresó en una prolongada sequía, y que obligó a los afectados del altiplano, a buscar nuevas opciones para su futuro; segundo, la adopción de la Nueva Política Económica del gobierno de ese entonces, que provocó un “desbande” poblacional, principalmente de los centros mineros. Y finalmente, los “rebalses” urbanos de las áreas capitalinas; y que todas ellas confluyeron en fijar a: la Ciudad de El Alto, como destino final.

Estos hechos auspiciaron, sin pretenderlo, una inédita dinámica demográfica, cuya lógica consecuencia, fue el aumento de su población. La demografía, admite este tipo de crecimientos, esencialmente provocados por dos causales: situaciones bélicas y desastres naturales. Obviamente, ninguna de ellas ocurrió en la novel ciudad.

En menos de 40 años (1950 a 1976) prácticamente octuplicó su población de 11 a casi 95 mil habitantes. Sin embargo, el caso particular ocurrió en la etapa intercensal 1976-1992, cuyo índice de crecimiento anual ascendió a un 9.3%. Actualmente esa dinámica disminuyó sustancialmente, no obstante, sigue y seguirá ocupando el segundo lugar de los municipios más poblados del país, después de Santa Cruz de la Sierra.

Concretamente, el crecimiento demográfico alteño pasó de lo tradicional, a un atípico, incontrolable y desafiante aumento poblacional.

Evolución comparativa de la población de la ciudad de El Alto

(*) Johnny Fernández Rojas es periodista e historiador alteño [email protected]

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