Luciana y Eddy Colque, de 10 y 13 años, respectivamente, abandonaron su pacífica rutina de vacaciones por tres días para descubrir el mundo de la tecnología en el Cowork First Lego, uno de los primeros centros de robótica para niños en El Alto.
Al igual que ellos, 100 niños alteños dedicaron sus mañanas para aprender programación y descubrir la magia de la robótica de la mano de Peter Jacob Rich, un docente experto en tecnología del Brigham Young University (EEUU). El estudioso llegó al país gracias al apoyo de Partners América.
Colque, quien cursa el segundo de secundaria, resumió los cursos con Jacob Rich en una sola palabra: “Waso”. A pesar de la lluvia, el pequeño se levantó a las 7:00, preparó su desayuno, se puso una chamarra y salió de casa rumbo a la escuela de robótica. Junto a su hermana, el niño viaja cerca de 15 minutos desde el Kenko hasta Ciudad Satélite.
Con una computadora y un enorme televisor, Rich dicta clases desde las 9:00. Los cursos duran una hora y tienen un cupo para alrededor de 20 niños. “Ayer hicimos una capacitación. Participaron casi 100 alumnos, todos interesados. Niños y grandes, todos prestaron la atención todo el rato. En El Alto, la gente está muy interesada en el mundo de la robótica y la tecnología”, comentó emocionado.
En el curso gratuito, los niños aprendieron a manejar el Scratch, un lenguaje de programación visual recomendado para niños de ocho años. Según Rich, existen aplicaciones para que los más pequeños de la casa puedan aprender a programar desde los cuatro.
Cowork First Lego ofrece cursos para niños desde los seis años. “Depende mucho del apoyo de los padres”, comentó al respecto, Raúl Ontiveros, uno de los responsables del centro de formación.
“Me gustaría crear un robot”, reveló Eddy, mientras se encontraba sentado en un sillón que tiene parlantes integrados, bluetooth y entrada para conexión a computadora. Contó que la programación no se enseña en su escuela, a pesar de que lleva la materia de computación. Dijo además que pondrá en práctica con el ordenador que tiene en casa todas las enseñanzas y los consejos del experto de EEUU.
Jacob Rich trajo una tecnología nueva para enseñar a programar a los niños: los micro bits. “Es importante que los niños aprendan a programar. Por ejemplo, en Inglaterra o Finlandia, desde pequeños ya aprenden a programar. Hay muchos países que valoran la importancia de la programación”, dijo el experto.
Esta tecnología está pensada para niños de 11 años y fue repartida a todos los estudiantes del Reino Unido. Es una tarjeta de circuitos para que los pequeños aprendan tecnología como en un juego.
“Es un computador, con esto los niños pueden programar, decir algo y dar un mensaje. Tiene luces acelerador, tiene hasta un termómetro, tiene botones y se puede conectar. Ayer hicimos un termómetro electrónico, medimos la humedad de la tierra”, explicó Rich.
Antes de finalizar el curso, el especialista estadounidense preguntaba a los niños si fue difícil programar el micro bit. Todos los pequeños respondían al unísono: “No”. “Fue súper fácil”, comentó uno de los asistentes al taller.
La directora de Partners América, Liez Gutiérrez, explicó que este grupo de voluntarios apoyan a las zonas periféricas de ciudades de varios países del mundo y en diferentes áreas de estudio. Los objetivos principales son darle una mejor calidad de vida a los niños y una oportunidad para descubrir el mundo de la tecnología.
La visita de Rich a la ciudad de El Alto se realizó gracias a Marco Tejeda, voluntario de Partners y responsable de Informática de esa entidad en La Paz.
Ontiveros aseguró que el proyecto de los cursos de robótica se desarrollaron en El Alto porque es una ciudad que tiene un gran potencial. “Cowork First Lego es un lugar único, no he visto similares ni en La Paz”, comentó y resaltó la importancia de este sitio que ayuda a los pequeños para aprender de programación.
Con cuatro aulas, una sala y un área de prácticas, el instituto tiene un decorado especial, ya que en sus ambientes se parecen al interior de una nave espacial.
En medio de la sala principal del centro de formación se encuentra una bicicleta amarilla, que cuando es manejada prende y dirige un televisor. Además, en la escuela, se cuenta con equipos de realidad virtual y muy pronto se instalará una impresora en 3D.
Y es por esa razón que los hermanos Colque optaron por dejar de lado el descanso de vacaciones para cumplir un sueño: aprender a crear robots.