El presente estudio ha documentado la situación barrial de dos urbanizaciones de la Ciudad de El Alto: «Cristal» y «Nuevos Horizontes Norte», desde las voces de los mismos actores, es una investigación que se elaboró con ellos y no para ellos.
Autores: René Pereira Morató y Daniel Hernando López Fernández
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Se describen sus problemáticas particulares, en la que se destaca el problema de la función social de las viviendas, la inseguridad ciudadana, porque las viviendas quedan solas ya que la población sale a trabajar; las calles de tierra; el transporte no satisface la salida y la llegada de los vecinos; el servicio de agua domiciliaria que se corta, especialmente fines de semana.
Las soluciones a estos problemas difieren porque el gobierno local no reconoce estas demandas como prioritarias, a pesar del rol catalítico de las juntas de vecinos en este cometido.
Los vecinos son conscientes de su derecho a la ciudad y saben que el logro y mejoramiento de la infraestructura y equipamiento urbano se puede alcanzar con la participación, movilización y presión organizada de los vecinos, a diferencia de otras urbanizaciones cuyos servicios son verdaderas mercancías y que se accede en la medida que se los compra.
Las juntas de vecinos en estas urbanizaciones son actores fundamentales y dependiendo su capacidad de liderazgo y confianza, contribuyen a alcanzar gradualmente ciertos logros, principalmente relacionados con la infraestructura urbana.
Ellos convocan a las asambleas mensuales y construyen escenarios comunitarios participativos donde se discuten los asuntos urbanos del barrio.
Allí se planifica, allí se revisa lo logrado y también se denuncia algunos procesos erráticos.
En las asambleas se determinan las acciones comunales y los vecinos se sienten obligados a participar en las mejoras barriales, especialmente los fines de semana por iniciativa propia se organizan y planifican en cada calle, la resolución de determinados problemas, especialmente relacionados con la presencia de ladrones.
Estas dos urbanizaciones son resultado de la migración aymara de las provincias rurales del mismo departamento de La Paz y en el caso de Cristal, son además migrantes mineros relocalizados.
Son ellos los que han construido estos territorios periféricos, que no son ni urbanos ni rurales y que deben ser tomados en cuenta en la construcción de las políticas urbanas, porque es ahí donde el crecimiento urbano tiene su vigor y vitalismo. En efecto, esta población migrante de bajos recursos, solo tiene la posibilidad de ocupar estas tierras periféricas porque son mucho más baratas.
“Cristal” y “Nuevos Horizontes Norte” son expresiones concretas de la expansión horizontal ilimitada que caracteriza a la urbanización metropolitana del país. Esta avanza tan vorazmente que la llamaron “urbanización salvaje”.
De este modo, se presiona a los gobiernos locales a la necesidad de una inversión de nunca acabar, en aspectos que hacen al saneamiento, principalmente agua; carreteras adoquinadas o pavimentadas; transporte; iluminación, etc.
En esta dinámica, las Juntas de Vecinos son actores estratégicos en la negociación con las autoridades locales para la conquista de la necesaria infraestructura urbana.