Ciudad de El Alto: Los hechos la forjaron indeleble al tiempo

Por Johnny Fernández Rojas (*)

La Ciudad de El Alto, casi de inmediato a la obtención de su reconocimiento legal como Cuarta Sección de la provincia Murillo con su capital El Alto, el 6 de marzo de 1985, empezó a ejercer plenamente una de sus prerrogativas que la Constitución confiere: la participación.

Participación traducida principalmente en el ejercicio del derecho colectivo, como fue la elección de sus propias autoridades para su gobierno. Al cuarto mes de la extensión de su certificado de nacimiento, la población acudió a las ánforas y eligió a sus primeras autoridades municipales (julio de 1985); y después de otros 4 meses, éstas fueron posesionadas (7 de noviembre)

Es decir que, en aproximadamente 8 meses, se creó al municipio, se habilitó a sus representantes ediles y se las acreditó para el ejercicio pleno de un gobierno local. Caso inusual en la historia boliviana.

Sin embargo, su trayectoria histórica no se la computa a partir de ese hito, sino que linda con lo milenario, pero curiosa y lamentablemente, desconocida.

En una primera fase, su espacio geográfico fue escenario de hechos, los que casi todos, influyeron en la historia del país.

Una obligada y puntual reseña

Los enviados del Virrey Pedro de La Gasca, dirigidos por Alonso de Mendoza, el 23 de octubre de 1548, después de la primera fundación de La Paz en Laja, llegaron a las inmediaciones de la actual Plaza Ballivián, ahí decidieron la segunda y definitiva fundación de Nuestra Señora de La Paz.

Más de dos siglos después, y también en territorio alteño, se registró una hazaña con connotaciones épicas: “El Cerco de La Paz” en 1781, alzamiento indio que representó la mayor rebelión contra el régimen colonial; levantamiento de más de 7 meses y con más de 40 mil rebeldes entre hombres, mujeres y niños, encendió la mecha del espíritu independentista no sólo de la futura Bolivia, sino de los países latinoamericanos.

Casi medio siglo después, en 1825, la población se concentró en “las alturas” para recibir a los libertadores: José Antonio de Sucre y Simón Bolívar y Palacios, que además les acompañaron en su ingreso triunfal a La Paz.

La planicie alteña sirvió también para la despedida y la partida de los soldados del Ejército Boliviano, que decidieron defender a la patria en la Guerra del Pacífico de 1879 y a la del Chaco en 1932.

La disputa por el poder de sus caudillos a principios de 1899, los Constitucionalistas dirigidos por Severo Fernández Alonso y los Liberales por José Manuel Pando, éstos últimos apoyados por las huestes indígenas, optaron por utilizar el territorio alteño para sus demostraciones militares, que después dio lugar a la llamada “Guerra Federal”.

La inauguración del ferrocarril Guaqui-La Paz en 1903, en la práctica fue Guaqui-El Alto, por la construcción en una primera fase, una terminal ferroviaria.

La llegada del automóvil en 1904; la muerte de José Manuel Pando en 1917, y su posterior fusilamiento al presunto autor en 1927; la inauguración de la era aeronáutica en Bolivia (1920); la inauguración de la Escuela Militar de Aviación (1923); el acto central de la conmemoración del Primer Centenario de la Fundación de la República: la “Gran Parada y Desfile Militar del Centenario” (1925); para la inauguración de las emisiones de Radio Illimani, se construyó un inmueble y la instalación de enormes antenas para la misma (1933); la contribución decisiva para el éxito de la Revolución Nacional, con el concurso de los mineros de Milluni (1952); la inauguración de las emisiones de la Televisión Boliviana (1969), la proclamación del presidente Juan José Tórrez en la Base Aérea de El Alto (1970); la gestación del Golpe de Estado en el Regimiento Tarapacá, promovido por el Cnl. Alberto Natusch Busch (1979), fueron acontecimientos ocurridos en lo que posteriormente sería la Ciudad de El Alto.

Más adelante, el Papa Juan Pablo II pisó y beso tierra boliviana en el Aeropuerto Internacional de El Alto, y la celebración de una eucaristía frente a 600 mil feligreses (1988); El “Gran Cabildo” que sirvió para evitar el traslado de la Sede de Gobierno (2007), la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado (2009), la creación de la Procuraduría General del Estado y la Escuela de Abogados del Estado (2010); la inauguración de la Estación Terrena de Amachuma que administra el Satélite de Telecomunicaciones “Tupac Katari” (2013); sucesos a los que se sumaron otros, que obviamente, forman parte de la historia de la Ciudad de El Ato, y varios de ellos repercutieron en el país para formar parte de ella.

Rasgos históricos propios

En función a los propios intereses de la población alteña también ocurrieron otros que marcaron su propio transcurrir histórico. Al igual a las que se inscribieron en el contexto nacional, los hechos locales no dejaron de constituirse en hitos que adoptaron caracteres cívico patrióticos y, principalmente, de reivindicación social.

La Revolución Nacional de 1952, con mucha probabilidad, fijaron los cimientos que permitieron el establecimiento de un conglomerado de asentamientos humanos con expresiones urbanas; y consecuencia de ella, la aceleración de un proceso para la construcción de una ciudad, llamada: El Alto.

De manera simultánea, el comportamiento social y jurídico alteño también se alinearon en ese ritmo. Antes de la Revolución Nacional, existían más de un par de juntas vecinales conformadas. En 5 años, se advirtieron 5 más y en 1957, con delegados de las 7 organizaciones vecinales, se conformó el Consejo Central de Vecinos de El Alto de La Paz, cuyos planteamientos constitutivos pusieron de relieve el inicio de las gestiones para la creación de la Cuarta Sección de la provincia Murillo con su capital El Alto; proceso que demandó exactamente 28 años.

En ese lapso, se produjeron también hechos, considerados como emblemáticos: la creación de la primera organización corporativa vecinal: el Consejo Central de Vecinos, ocurrido el 3 de julio de 1957, ésta cambió su razón social en 1966 para dar lugar a la Sub Federación de Juntas Vecinales de El Alto de La Paz; y 13 años después otro cambio y definitivo, Federación de Juntas Vecinales de El Alto.

El 4 de mayo de 1970, producto de una incesante exigencia vecinal, el presidente de la República, Gral. Alfredo Ovando Candia, junto a ministros de Estado, alcalde de La Paz y ante una masiva concentración popular alteña, inauguraron la Sub Alcaldía de El Alto de La Paz, ocasión que fue aprovechada también para posesionar a la primera autoridad edilicia: Jaime Machicao Méndez. Ese hecho se constituyó en la primera acción jurídica autonomista de la alteñidad.

Doce años, después, la Ordenanza Municipal 045/82 de 15 de julio de 1982, respaldado por el Decreto Ley 19062, de esa misma fecha, firmado por el presidente de la República, Gral. Div. Celso Torrelio Villa, crearon la Alcaldía Distrital de El Alto de La Paz, con autonomía de gestión.

El 6 de marzo de 1985, la Ley 728 del Congreso Nacional, creó la Cuarta Sección de la provincia Murillo con su capital El Alto. Hecho considerado como el corolario del proceso autonomista, que amparó la generación de institucionalidad de las otras instancias sociales y que facilitó la configuración de una ciudad.

Posterior a esa categoría jurídica, se aprobó otra disposición congresal, la Ley 1014 de 26 de septiembre de 1988, que elevó a El Alto a rango de ciudad. En otras palabras, se requirió 28 años, para pasar de una sub Alcaldía a detentar el título de ciudad.

Para la ocurrencia de estos hechos, tuvieron necesariamente que ser promovidos por hombres. Hombres que en su condición de dirigentes no repararon en las adversidades, para lograr sus propósitos.

En una primera etapa, Juan Cruz Mamani, Manuel Chávez, Renato Ramírez Céspedes, Severo Mariaca, Jorge Flores Quiroga, Daniel Quisberth Zárate, Martiriano Chambi Alegría, Anacleto Gonzales Ecos, Pascual Alavi Turco, entre otros, descollaron como forjadores de una urbe

En una segunda etapa y conclusiva: Gregorio Romero Morales, Miguel Aramayo Esquivel, René Valencia Valle y Carlos Tovar Baldivieso como representantes del Frente Unidad y Reivindicación Independiente de El Alto (FURIA), que nació precisamente para coadyuvar a las gestiones para la creación de la Cuarta Sección de la provincia Murillo con su capital El Alto, por un lado; y por otro, dirigentes de FEJUVE: Guillermo Gutiérrez Villegas, Martirían Vásquez Cabrera, Hugo Laruta Callisaya, Antonio Antezana Rodríguez y otros, a través de sus acciones, contribuyeron para contar lo que ahora es y detenta la Ciudad de El Alto.

En medio de ellos aparecieron otros hombres cuya participación no fue protagónica en estas tareas burocráticas, sin embargo, su labor administrativa como autoridades, con seguridad las adversidades, fueron su cotidianidad: Jaime Machicao Méndez y Juan Polo Maguiña.

El primero fungió como primer sub alcalde a partir del 4 de mayo de 1970; y el segundo, asumió como primer alcalde el 7 de noviembre de 1985, junto al primer ente deliberante: Junta Municipal, constituido por Velia Irusta Vásquez (MIR), Martirían Vásquez Cabrera (MNR), Daniel Santander Quenallata y Simón Mamani Huanca (ambos de ADN).

Los hechos sociales de 2000, 2003, 2005 y 2019, al margen de sus protagonistas, enviaron un mensaje: la Ciudad de El Alto, se pronuncia y expresa su opinión, aunque con excesos censurables, pero que concentraron la expectativa nacional.

Esta fugaz mirada de la presencia de la Ciudad de El Alto y su rol en algunos pasajes del ámbito nacional, ratifica su carácter, demostrado a lo largo de más de 8 siglos: rebelde, indeleble y, principalmente, exigente para procurar una vida digna, como merece cualquier humano del Siglo XXI.

Gestores de la cuarta sección de la provincia Murillo, con su capital El Alto

Juan Cruz Mamani
Juan Cruz Mamani
Manuel Chávez Ticona
Manuel Chávez Ticona
Martirián Vásquez Cabrera
Martirián Vásquez Cabrera
Leandro Mancilla Llante
Leandro Mancilla Llante
Antonio Antezana Rodríguez
Antonio Antezana Rodríguez

Directivos de FURIA

Miguel Aramayo Esquivel
Miguel Aramayo Esquivel
René Valencia Valle
René Valencia Valle
Raúl Tovar Baldivieso
Raúl Tovar Baldivieso
Santiago Gregorio Romero Morales
Santiago Gregorio Romero Morales

(*) Johnny Fernández Rojas es periodista e historiador alteño [email protected]

1 comentario en «Ciudad de El Alto: Los hechos la forjaron indeleble al tiempo»

  1. QUE BUENO QUE PUBLIQUEN LA HISTORIA…
    AUN CUANDO LAS AUTORIDADES Y POBLACION OLVIDEN A LOS VERDADEROS GESTORES DE LA CREACION DE LANCUARTA SECCION…LA CIUDAD DE EL ALTO

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