Si bien la urbanización Villa Ingenio de El Alto fue fundada en 1978, su historia se remonta al siglo XIX, cuando el lugar era el asiento de antiguos ingenios mineros donde se procesaban minerales traídos desde Milluni.
Por tal razón, unas décadas después fue bautizada como Villa Ingenio, un barrio alteño que contribuyó a la historia de El Alto y de Bolivia.
“El nombre viene de antiguas concentraciones de minerales procedentes de Milluni y es que por esos sectores habían ingenios mineros. No había riqueza, pero sí se procesaban los minerales”, explica el historiador Johnny Fernández Rojas.
Ingenios mineros, zonas de pastoreo de llamas y cerdos rodeados por ríos cristalinos que cruzaban el sector, así era Villa Ingenio hace más de 50 años.
Abdón Zárate, historiador alteño, escribió en 2022 que los ingenios del siglo XIX pertenecieron al expresidente Mariano Melgarejo.
Pedro Portugal, sociólogo y también historiador, añade que en sus primeros años Villa Ingenio fue una zona rural donde los antiguos pobladores se dedicaban a actividades agrícolas. “En esa zona se instalaron además pequeñas iniciativas de tipo artesanal y de industria, fue un centro mercantil de transformación”, menciona.
Villa Ingenio de antaño
Teresa Quintanilla de Mamani, quien está a punto de llegar a las siete décadas de vida y Félix Mamani Coarite, de 67 años, han visto crecer a Villa Ingenio que en el siglo pasado era una zona de pastoreo.
Nacida en Koani, provincia Los Andes, Teresa migró a El Alto hace más de 60 años, cuando esta zona apenas era el asiento de algunas pequeñas casas. “Esto era una pampa vacía donde solo había llamas, había un pequeño río que cuando crecía arrastraba a los niños y los pocos que vivíamos sembrábamos papa y haba”, cuenta.
Teresa Quintanilla vive en Villa Ingenio desde sus 14 años, conoció después a su esposo con quien echaron raíces. “¿Cómo ha cambiado todo? Antes no teníamos ni luz ni agua potable, las casas eran de paja y ahora tenemos un estadio y todo”, narra la entrevistada que arribó a la zona en la década de 1950.
Unos 15 años después llegó al lugar Félix Mamani Coarite, proveniente de la provincia Muñecas. “Cuando llegamos con mis padres solo había llamas y chanchos a un costado del río”, recuerda el varón de 67 años de edad.
En la década de 1960, el río daba a algunos pozos, las únicas fuentes de agua de los primeros vecinos. “Debíamos tomar agua del río o del pozo, pero había que hacerla hervir en los anafres”, explica Mamani.
Félix y sus padres tuvieron que trabajar mucho para construir su vivienda y ahora, al ver las avenidas enlosetadas de la actualidad rememora el paisaje de antaño de su barrio. “Todo era de tierra, por las noches usábamos mecheros”, dice el vecino.
En la década de 1980, Villa Ingenio también se consolidó en la zona que albergó por años la tradicional Feria de Ramos, que se efectúa en Semana Santa.
Guerra del gas
20 años después, en 2003, fue escenario de la denominada Guerra del Gas, cuando 15 vecinos murieron durante la represión militar que instruyó el entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
En octubre de ese año, Villa Ingenio fue noticia internacional por este acontecimiento y los muertos.
El sociólogo Pablo Mamani recuerda en sus estudios que: “Villa Ingenio, como se ha adelantado, se había convertido en el centro de la violenta acción militar, pero también es el espacio de organización de las acciones beligerantes dadas alrededor de la plaza Elizardo Pérez y la parroquia Cristo Redentor. La gente o los vecinos actúan de forma extraordinaria encabezados por sus dirigentes, el acompañamiento del cura Wilson Soria y la estructura de la iglesia para oponerse abiertamente a la intención de venta del gas por Chile” (2010, p. 284).
Un estadio para Villa Ingenio
En 2013 comenzó a edificarse en esa zona un Estadio. El mismo se estrenó en 2017 y posteriormente fue entregado al Gobierno Municipal de El Alto. Un año después el club Always Ready hizo su búnker en este campo deportivo y el fútbol profesional llegó a la ciudad de El Alto.
En 2023, este escenario fue habilitado para Copa Libertadores de América y Villa Ingenio se convirtió en el corazón deportivo de la ciudad de El Alto.
Cerca de la puerta 22 de este estadio, Teresa Quintanilla administra una pequeña tienda y tanto ella como su esposo Félix han sido testigos del avance no solo de esta zona sino también de la misma ciudad de El Alto.