El monumento al Corazón de Jesús es el más antiguo de la ciudad de El Alto, fue labrado e instalado en 1925 durante la presidencia de Bautista Saavedra. Esta imagen, junto con otras 56 estatuas erigidas en esta urbe, fue catalogada por el historiador Juan Carlos Torres.
Cuando lo instalaron, en 1925, el Corazón de Jesús miraba hacia El Alto. Sus brazos extendidos en signo de bienvenida eran la primera imagen que apreciaban los viajeros que llegaban desde Oruro o de las poblaciones aledañas al lago Titicaca.
A medida que la planicie alteña se iba poblando y se perfilaba como ciudad, en el lugar y a su alrededor se fueron asentando curanderos y yatiris porque tiene un significado especial para los aymaras: está ubicado donde se encuentra enterrada la cabeza de Túpac Katari, según el historiador Torres.
Santiago Medrano, uno de los yatiris que tiene su anaquel a los pies de esa estatua, cuenta que las autoridades instalaron la imagen en ese lugar en un intento de evangelizar a los indígenas.
“Desde la fundación de Bolivia, este lugar era frecuentado por nuestros amautas para rendir ofrendas ante la Pachamama. Dicen que las autoridades querían evangelizar a los aymaras y ubicaron esa estatua allí para que nos olvidáramos de nuestros dioses y le rindamos culto a la creencia católica”, explica.
Según Torres, el Corazón de Jesús es una réplica de un monumento ubicado en Italia, pero se desconoce el nombre de su autor.
55 monumentos existen en El Alto
El académico realizó un catálogo sobre éste y otros monumentos que están en plazas y parques de El Alto, y cuantificó que en toda la ciudad existen unas 55 efigies que rinden homenaje a diferentes personajes y temáticas. Agregó que a esa cantidad se suman otros dos monumentos que fueron instalados en la urbe hasta 2017.
Torres reclamó que no existen registros oficiales en la Alcaldía sobre estas imágenes y tampoco hay políticas de preservación o promoción turística.
“Los monumentos más importantes son los que están en Villa Dolores, en honor a Juana Azurduy. El de Túpac Amaru, en la plaza Libertad, de la zona 16 de Julio, es el más hermoso, estéticamente hablando. Fue hecho por un escultor peruano y en plena dictadura de (Hugo) Banzer fue obsequiado a Bolivia”, explicó.
Otra de las estatuas significativas de la ciudad es el Che Guevara, cuya instalación derivó en un fuerte debate entre políticos de izquierda e indianistas sobre la pertinencia de ubicarla en El Alto. Fue inaugurada en 2008.
El historiador alteño sugiere que dichas acciones y políticas deben estar enfocadas, con miras a 2025, bicentenario del Estado y centenario del Corazón de Jesús, a embellecer estos atractivos y rescatar el acervo histórico de la ciudad.