Por Juan Pablo de Rada (*)
La intelectualidad alteña no está a la altura del crecimiento alteño. Se miran el ombligo, y caen en un orgullo que ellxs no han construido. Caen en un ensimismamiento de algo donde ellxs no fueron participes.
El Alto se hizo con su comercio, sus comerciantes, que desde que instauraron lógicas como el mercado 16 de julio, el mercado al aire libre más grande Bolivia, allá por los 90´s, generaron una dinámica donde la ciudad de la hoyada, La Paz, empezaría a depender de la ciudad altiplánica.
El Alto se hizo con sus microempresarios, esos que no fueron a la escuela y no tuvieron la oportunidad de hacerla. Negados por el estado, se reinventaron y construyeron una inteligencia comercial que los llevó de tener menos de 5 mil pymes en 2002 a más de 32 mil pymes en 2017.
Se hicieron con las ONG´s financieras (voy a escribir algún día de estas ONG´s, arena de otro costal como dirían), quienes daban micro préstamos a pequeños productores. Préstamos de 500 bolivianos, que por la inteligencia comercial alteña se extendían a grandes fortunas.
Ellxs construyeron El Alto. No la intelectualidad alteña que se reserva derechos donde no fueron partícipes ni fueron invitados. Pero hoy, recogen el éxito ajeno y se llaman portavoces.
Mientras ellxs escriben contra Santa Cruz llamándolos “me interesa un pepino lo que hagan” o “debe arder ese pueblucho”, desconectados netamente de lo comercial, y ensimismados en textos intelectuales, ensayos y novelas, tienen una mirada sesgada de la realidad en general.
Mientras ellxs dicen eso, el 7 de octubre de 2022 cuando hacían la feria Huaynafex en la terminal de buses de El Alto, personeros de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz – CAINCO, planteaban la posibilidad de que los comerciantes y empresarios cambas, “está dispuesta a transferir conocimiento a la HuaynaFEX sobre la experiencia adquirida en la EXPOCRUZ de Santa Cruz”.
Cuando esa intelectualidad alteña mira con desdén y desprecio a Santa Cruz, cientos de comerciantes y pymes de El Alto partían invitados por la CAINCO, hacía la ciudad de los anillos, para así participar en las ferias EXPOCRUZ de 2021 y ahora este 2022, con stand propio y ruedas de negocios donde alteñxs y cruceñxs se deban la mano.
Tampoco la política cruceña está a la altura de esa economía oriental desbordante, esa que hace negocios con lxs alteños y alteñas.
Quiero recalcar que no toda la intelectualidad alteña tiene una mirada sesgada y ensimismada de las cosas. Tengo amigos alteños a quienes respeto precisamente por ello, por sus miradas fuera de lo político, de ese orgullo peligroso que corre por sus nervios.
Son intelectuales alteñxs arraigados al comercio, a mirar el fenómeno del crecimiento arquitectónico alteño ligado netamente al boom comercial del mismo, esos que tienen una mirada desprendida de lo político, tan canalla, y tan destructora.
Por ello esa intelectualidad alteña o parte de ella, no está a la altura de los comerciantes que construyeron la ciudad que hoy da que hablar en Occidente, y que es sin duda alguna un epicentro comercial desbordante.
Tampoco esa intelectualidad alteña está a la altura de la mirada técnica alteña, esa que construye robots con chatarra o inventa tractores agrícolas con motores viejos.
No, evidentemente esa intelectualidad alteña, o parte de ella, no está a la altura de la inteligencia comercial de la ciudad altiplánica ni de la inventiva de su pueblo dedicado a la construcción de tecnología.
(*) Es historiador.