La pachamama como fundamento del Estado Plurinacional

Por Abdón Zárate (1)

Los críticos del pachamamismo

La teoría política formal arrastra prejuicios sobre las nuevas manifestaciones sociales en el ámbito de la administración del poder. Esto es evidente pues en muchos espacios académicos no fue comprendido el proceso boliviano, no sólo por académicos extranjeros, incluso por los nacionales. Desde los inicios del gobierno de Evo Morales hasta los actuales de Luis Arce, los intelectuales coloniales consideraron que el modelo del Proceso de Cambio era inviable; sin embargo, después de innumerables transformaciones que ha traído este nuevo modelo, estos mismos agoreros se han dado a la tarea de evaluar cada una de las propuestas, frases y hasta conceptos que se manejan en el ámbito político, y uno de estos es el de pachamamismo, término acuñado por ellos, para realizar una crítica peyorativa del proceso boliviano.

Las críticas se iniciaron en el ámbito intelectual foráneo, sólo posteriormente fueron replicados en el ámbito nacional (2). Así tenemos al argentino Pablo Stefanoni con su artículo ¿Adónde nos lleva el pachamamismo?, publicado en Le Monde Diplomatique, donde considera que el modelo político boliviano tiene bases en el manejo esotérico de ciertos términos andinos, los cuales buscarían la supervivencia del gueto (identidad ancestral del indígena “buen agricultor”, o buen salvaje estilo Avatar), en rechazo de lo universal, especialmente criticando al capitalismo:

“La pose de autenticidad ancestral puede ser útil para seducir a los turistas revolucionarios en busca del ‘exotismo familiar’ latinoamericano y más aún boliviano, pero no parece capaz de aportar nada significativo en términos de construcción de un nuevo Estado, de puesta en marcha de un nuevo modelo de desarrollo, de discusión de un modelo productivo viable o de nuevas formas de democracia y participación popular. Mas bien, el pachamamismo –una suerte de ‘neolengua’ a la moda- contribuye a disolver las profundas ansias de cambio de los bolivianos en el saco roto de una supuesta filosofía alternativa no a la occidental…estamos en presencia de un discurso indígena (new age) global con escasa capacidad para reflejar las etnicidades realmente existentes” (Stefanoni, 2010, p. 1).

A pesar de su preocupación por la necesidad de reflejar la existencia de múltiples nacionalidades en nuestro país, estas ideas reflejan un desconocimiento de las potencialidades de lo andino en el ámbito político, económico, educativo y cultural. Esta misma línea de desconocimiento de la realidad andina la encontramos en los norteamericanos Laurence Cueleneare y José Rabasa, quienes conjuntamente publican Pachamamismo o las ficciones de (la ausencia de) voz, mismos que son integrantes de la Universidad de Harvard.

Según estos intelectuales sería una ficción la posibilidad de construir un epistemología andina, pues consideran que estos intentos de producir nueva teoría política en base a la defensa de la madre tierra, no es más que una ideología que tiene raíces en el marxismo tradicional, y que consecuentemente no serían fértiles científicamente. Critican la normativización de la naturaleza, pues:

“Implícita en la ley de la Madre Tierra está la ficción de que la Madre Tierra necesita voz y representación política. El pachamamismo sublima y esencializa formas indígenas de vida en filosofías andinas, sistemas jurídicos y prácticas de comunicación intercultural. El –ismo añadido a Pachamama manifiesta una filosofía, una agenda política, un programa pedagógico, una estética y un marco legal que defienden perspectivas no occidentales para reflexionar sobre la intersección de naturaleza y cultura. El pachamamismo se ha convertido en una carrera en el contexto del estado Plurinacional de Bolivia” (Cueleneare y Rabasa, 2014, p. 191).

Ciertamente es un modelo político universal que busca desplegarse en las diferentes dimensiones de la realidad social. Nuestra tarea consistirá, en adelante, en desarrollar las características de este programa que viene de la memoria tradicional indígena, el mismo que manifiesta potencialidades de universalización como modelo a desplegarse por cualquier otro gobierno.

Construcción del Estado Plurinacional

El despliegue de un nuevo modelo estatal se lo debemos a los indígenas, originarios y campesinos, quienes lucharon desde siempre para su consolidación en una nueva sociedad. La materialización de lo plurinacional es un logro de los que realmente constituyen una población activa de nuestra sociedad. El surgimiento de la idea de los plurinacional nace en el seno de las instituciones propiamente andinas. Así, el Pacto de Unidad aglutina a la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) (3), el Consejo Nacional de Markas y Ayllus del Qullasuyu (CONAMAQ), la Federación Nacional de Mujeres Campesinas “Bartolina Sisa” (FNMCBS) y la Confederación de Indígenas del Oriente Boliviano (CIDOB) son quienes desde varios años atrás irán promocionando este modelo estatal. Mucho después se sumarían otras organizaciones como la Central Obrera Boliviana (COB), representante de la clase trabajadora.

Su implementación es producto de diferentes luchas sociales, como la de la “Marcha por la Dignidad y el Territorio” (1990), la “Defensa del Agua” (2000) o la “Guerra del Gas” (2003) donde se ofrendaros varias vidas; los sectores indígenas se constituyeron desde entonces en la vanguardia de la construcción del Estado Plurinacional. El espacio propicio fue sin duda la Asamblea Constituyente (2006) (4) , espacio de participación plural de la sociedad. Arduos debates, confrontaciones, consensos se dará nacimiento al nuevo modelo estatal.

El nuevo modelo de Estado se consiga en la Nueva Constitución Política del Estado (2009):

Artículo 1. Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país.

La construcción del Estado Plurinacional busca la integración social, cultural y económica de los distintos sectores de la sociedad. Se ha desplegado un modelo económico plural, un sistema educativo sociocomunitario, una universalización de la salud. Son políticas estatales que pueden ser evaluadas positivamente, incluso, a la luz de esta pandemia que aqueja a la humanidad.

¿Quién es la Pachamama?

Pachamama es la madre tierra. La pachamama cósmica, tiempo, espacio y movimiento; es una realidad viviente y es lo más sagrado; cuida, como castiga; da vida, como puede resistirse; hay que protegerla para recibir la protección; hay que alimentarla para recibir un buen alimento. La madre tierra es fecunda, se reproduce para alimentar a sus hijos, como también, por castigo, puede dejar morir de hambre o de sufrimiento. Su fundamento es pacha (tiempo, espacio, totalidad), su complemento es mama, madre. La tierra constituye una unidad indisoluble, comprensible sólo a través del concepto de pachamama.

La tierra posee una vitalidad productiva, de manera que pueda satisfacer cediendo su vida a sus hijos, por eso los indígenas dicen que cuando se siembra constantemente en un lugar la tierra se cansa. Es concebida como la madre que nos alimenta, nos viste, nos cuida de tener un techo, animales y cultivos. La importancia de la pachamama en la religiosidad andina es comprensible si se tiene en cuenta la importancia que tiene la madre en la familia, de modo que se “materniza a la tierra”. La pachamama está presente en todas las actividades de cierto realce de la comunidad; a ella corresponde ser servida en primer lugar en las invitaciones a través de los rituales o libaciones para solicitar permiso para posteriores acciones. La pachamama unifica el tiempo y el espacio. El pasado, el presente y el futuro han nacido de ella y vuelven a ella. Es la matriz universal eterna. Los grandes dioses de los cerros, los ‘lugares’ sagrados y potentes, los antepasados, los incas, los demonios y malos espíritus, todos han nacido de ella, son controlados y protegidos por ella. El hombre de hoy también, así como todas sus pertenencias -tierra, casa, cosecha y animales- han nacido de ella y es donde deben volver a morir. La tierra protege y recompensa a los hombres buenos con una casa, buena salud, cosechan abundantemente y reproducen animales sanos. Los hombres le dan vida ofreciéndole amor y respeto, obediencia a sus leyes, alimentos y bebidas. La vinculación con ella es de mutuo amor (Grow y Condori en Montaño, 1999). Esta es una cosmovisión andina integradora.

Es comprensible entonces la asunción de la protección de la Madre Tierra como parte de una política estatal, pues el Estado Plurinacional de Bolivia ha reconocido los derechos de la naturaleza mediante la Ley Nº 071 de “Derechos de la Madre Tierra” (2010) y Ley Nº 300 “Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien” (2012). En esta última norma se entiende como Madre Tierra:

Artículo 5. (Definiciones). 1. Madre Tierra. Es el sistema viviente dinámico conformado por la comunidad indivisible de todos los sistemas de vida y los seres vivos, interrelacionados, independientes y complementarios, que compartes un destino común. La Madre Tierra es considerada sagrada; alimenta y es el hogar que contiene, sostiene y reproduce a todos los seres vivos, los ecosistemas, la biodiversidad, las sociedades orgánicas y los individuos que la componen.

Tiene carácter universal, que se destaca por su perfil femenino, maternal vinculada de forma estrecha con la producción agrícola y, en éste sentido, responsable de la manutención del ser humano. Las especificaciones que se otorgan a pachamama, se resaltan, especialmente, su matiz productivo, íntimamente ligado a la agricultura, pero también al espacio doméstico, de la casa, al patio, a las chacras del cultivo. El enfoque metafísico considera a la pachamama como el conjunto de arquetipos germinales del suelo (Harris-Bouysse, 1987); además de establecerse entre la pachamama y otros espíritus vinculados al desarrollo productivo.

Por ella existen los prados, los bosques, los manantiales, los frutos, los animales. Por ella, también, se presentan la lluvia, la nieve, el granizo, el calor y el frio. Se encuentra en todas partes, esto es, en toda la superficie de la tierra, así como en el subsuelo; los minerales, las piedras preciosas, las formaciones líticas, la arcilla, etcétera constituyen su esencia. Los cerros, los lagos, los ríos, los montes, las flores, forman parte de su existencia. Todo lo que existe en la tierra como cosa buena y útil, todo lo que es grato al oído y a la vista, todo lo que es amor, afecto y sentimiento, lo comprende la Pachamama (5). Partimos de ella y terminamos en ella. Es la totalidad comprensible.

Consecuentemente, concebir a la naturaleza como sujeto, implica una ruptura epistemológica de insospechadas consecuencias para la ciencia y la filosofía. Pues concebir a la naturaleza como Pachamama supone la producción y reproducción de una forma de vida distinta a la forma de vida moderna (Bautista, 2012). Supone comprender que la naturaleza también tiene derechos, pues la sobrevivencia de la misma depende de la regulación que se haga para su conservación. Es sujeto que vive junto a los seres humanos, a diferencia de la visión objetual de la ciencia positiva.

Modelo de desarrollo endógeno

El desarrollo como problemática internacional se la debemos a organizaciones como la ONU, quienes han priorizado el desarrollo económico, enfocado en la generación de riqueza principalmente. Muy recientemente se habla de desarrollo sostenible o sustentable; es un concepto desarrollado hacia el fin del siglo XX como alternativa al concepto de desarrollo habitual, haciendo énfasis en la reconciliación entre el crecimiento económico, los recursos naturales y la sociedad, evitando comprometer la posibilidad de vida en el planeta, también la calidad de vida de la especie humana. Estos modelos de desarrollo, sin embargo, también se han constituido en criterios de adjetivación de los países, así se habla de países desarrollados, países en proceso de desarrollo y países subdesarrollados. Consecuentemente, los países latinoamericanos estarían integrando el grupo de los países tercermundistas subdesarrollados.

Por eso es imperioso generar nuevos criterios de evaluación del desarrollo que no se concentren solamente en la riqueza, sino también en otros elementos que hacen posible la vida humana digna. Puesto que los enfoques de desarrollo utilizados hasta ahora, para lo único que han servido, es para empoderar a instituciones económicas como el Banco Mundial (BM) o el Fondo Monetario Internacional(FMI), donde la pobreza de los países es un mercado más donde se puede generar lucro a través de la deuda externa.

Desde la llegada al gobierno del primer Presidente Indígena (2005) en un país latinoamericano, se ha desplegado un proyecto social de administración del Estado. Una de las primeras tareas fue la de presentar un nuevo Modelo de Desarrollo, que prioriza la salud, educación, planificación de la familia, vivienda y saneamiento, además de elaborar modelos para programas sociales que integran los aspectos sociales, económicos, ambientales y culturales del desarrollo en el ámbito boliviano.

El nuevo Modelo de Desarrollo ha sido posible realizarla por la decisión fundamental de la Nacionalización (6) de los diferentes recursos relacionados con hidrocarburos, electricidad, minería, servicios y otros. Sobre esta base se construye un modelo de desarrollo donde la solidaridad es el principio rector, es pues un modelo alternativo:

La nueva propuesta de desarrollo se basa en la concepción del Vivir Bien, propia de las culturas originarias e indígenas de Bolivia. A partir de los elementos comunitarios enraizados en pueblos indígenas, comunidades agrarias, nómadas y urbanas de las tierras bajas y altas, el Vivir Bien postula una visión cosmocéntrica que supera los contenidos etnocéntricos tradicionales del desarrollo (MPD, 2007: 2).

La propuesta del nuevo modelo de desarrollo es el vivir bien en comunidad, en oposición al vivir mejor individualista que postula el neoliberalismo. El fundamento de esta propuesta es la pachamama, pues como dijera Evo Morales: “La naturaleza puede vivir sin el hombre, pero el hombre no puede vivir sin la naturaleza”. Existe una complementariedad obligatoria en la cosmovisión andina entre el Suma Qamaña y la Pachamama, son instancias cósmicas de buscan un adecuado equilibrio en la sociedad. Consecuentemente, el bienestar colectivo debe entenderse en un sentido muy amplio.


Figura Nº 1. El vivir bien como estrategia de desarrollo

Vivir bien como estrategia de desarrollo
Vivir bien como estrategia de desarrollo

La cosmovivencia busca la realización afectiva, subjetiva, intelectual y espiritual en armonía con la comunidad humana, natural, animal y cósmica. Es la casa de todos los habitantes del planeta tierra, pues están involucrados todos. Este patrón de desarrollo va más allá de la simple acumulación económica, pues privilegia la participación multisectorial en su ejecución, permitiendo la democratización del manejo económico, pues son los empresarios, comerciantes, agricultores, transportistas, mineros, etcétera, los que empujan el carro de la economía. Busca un crecimiento múltiple, en el ámbito económico, social y espiritual.

En el ámbito indígena, existen espacios que han incorporado estructuras de desenvolvimiento moderno. Las comunidades han incursionado en circuitos mercantiles –trabajo monetarizado, compra y venta de productos en mercados- sin la erosión necesaria de sus principios colectivos de organizaciones de las actividades económicas (Wanderley, 2011). En muchos espacios como el qhatu de la 16 de Julio, existen prácticas que combinan fácilmente lo mercantil con lo tradicional indígena. La ch’alla en la búsqueda de un buen día en la venta de productos, o la yapa en los productos comercializados le dan un matiz singular a un mercado que no solo es visitado por nacionales, sino también por extranjeros.

La integración de circuitos de flujo monetario regional, mediante la venta temporal de mano de obra y de productos (carne, queso, cuero y lana) proporciona a los miembros de la comunidad el acceso al dinero, si fuera necesario. Este es destinado a la compra de productos manufacturados que forman parte de las necesidades reproductivas de las unidades domésticas. Hay pues, un movimiento de intercambio entre los diferentes pisos ecológicos, donde los habitantes de los llanos pueden intercambiar con los del altiplano, productos que le permiten una autosuficiencia necesaria, además accediendo también a los avances tecnológicos de la modernidad. Así, una cholita hablando por celular en aymara no es ya una novedad, más al contrario refleja la capacidad que ha tenido el indígena de subsumir aquello que le es útil en su vida cotidiana, sin necesariamente que perder su identidad. También, la implementación del transporte por cable del Teleférico patentiza esta relación complementaria. Es pues, la nueva transmodernidad andina, aquello que esta más allá de la modernidad occidental y que recupera sus valores culturales propios; que emerge en esta relación complementaria de lo tradicional con los avances científicos universales. La ciudad de El Alto es una manifestación vigente de esta nueva realidad.

Como política estatal se había planteado algunos factores estratégicos para el desarrollo para vivir bien: 1) la recuperación del control estatal de los recursos estratégicos (hidrocarburos, minería, electricidad) con el objetivo de industrializar para satisfacer las demandas sociales (salud, educación, vivienda, seguridad), mientras se promociona la diversidad productiva; 2) el fortalecimiento de los sectores generadores de empleo (industria, manufactura, artesanía, turismo, agroindustria, comercio, etc.) que son parte de la misma sociedad (Wanderley, 2011), pues el boliviano no solamente debe depender el Estado, por el contrario cada uno debe ser capaz de constituirse en un recurso humano potencial para generar riqueza para lograr el autoabastecimiento. La nueva cara social de la economía permite que el mercado no sea un espacio al que puedan acceder algunos adinerados, por el contrario es el espacio de encuentro de la diversidad cultural.

Socialismo comunitario

Para construir una sociedad integrada es necesario reconocer las formas sociales de organización política. En nuestro caso, supone reconocer la pervivencia de formas tradicionales de administrar lo común. El socialismo comunitario, que han construido las comunidades indígenas, tiene su base material en su propia vivencia cotidiana, pues no es simplemente un producto teórico, es decir, no es una utopía ideal que busca ser alcanzada, sino un modelo social real que busca ser reconocido.

La estructura del socialismo comunitario está basada en las formas alternativas de administración económica:

Lo que tenemos son estructuras comunitarias agrarias fuertes que le dan una dimensión particular a nuestra lucha por el socialismo, que no tienen ni los países con capitalismo desarrollado ni los con capitalismo rezagado. Estas estructuras que persisten y resisten en base a trabajo común, propiedad común, trabajo asociado y comunitarismo democrático…Estas son las fuentes de nuestro socialismo: por un lado la clase obrera, ciencia y tecnología y por el otro, comunitarismo, distribución comunitaria; la suma de mundo obrero y mundo comunitario, de ciencia y tecnología contemporánea y de trabajo y propiedad comunitaria, son las fuentes del socialismo comunitario (García Linera, 2010, p. 15).

Es la combinación de las dos fuerzas económicas realmente existentes hace mucho tiempo en países latinoamericanos desde su nacimiento. Los mineros quienes mucho antes del descubrimiento del Cerro Rico de Potosí habían desarrollado técnicas de transformación mineral, al que ahora mismo se ha incorporado modernas formas de transformación del oro, plata, estaño etc.; por otro lado los campesinos que siempre utilizaron formas alternativas de comercio, basados en la agricultura, la ganadería, la artesanía, entre otros. Estas formas de vida social buscan irradiarse a través del Estado.

Es reconocer esta materialidad social como la base de la construcción de una nueva sociedad, capaz de hacer del Estado el recurso de transformación social, de una gestión pública intercultural, de una inversión pública redistributiva, de la desconcentración del poder, de la democratización de las decisiones, en última instancia, de la búsqueda de un Estado Integral.

El fin del sujeto es la comunidad, que tiene en la vida su último fundamento, pues la realidad es realizada por los niños, jóvenes, mujeres, obreros, artesanos, intelectuales, agricultores, en suma, toda la bolivianidad. No es una sociedad formal producida en las académicas, es una sociedad integral producto de la lucha de los indígenas, quienes ahora se constituyen en sujetos de poder estatal (7). Bajo el principio de “mandar obedeciendo”, el poder adquiere legitimidad, pues el primer servidor público del Estado escucha lo que la sociedad quiere.

El pueblo construye su horizonte histórico en tiempos de pachakuti, es decir en tiempos de reconocimiento de lo endógeno. La Asamblea Constituyente fue el espacio donde la diversidad social tuvo su palabra, espacio que generó las condiciones arquitectónicas del nuevo modelo de sociedad. En este contexto, los nuevos valores del Estado tienen una raigambre andina, para construir un nuevo hombre boliviano y una nueva mujer boliviana:

Artículo 8. El estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble).

El Estado es la sociedad organizada territorialmente para construir los fundamentos económicos, educativos, jurídicos, sociales y espirituales para co-sustanciarse con la pachamama. Es pues la síntesis de la realidad social, desde donde se busca organizar a los seres naturales, animales y humanos bajo los principios éticos andinos. El gobierno del pueblo está más allá del populismo, está dentro del socialismo comunitario.

Ahora se visibilizan las instituciones andinas como el ayllu como la organización social consanguínea, la marka como la construcción social política, la justicia comunitaria como al administración de justicia por usos y costumbres, el suma qamaña para buscar una vida armoniosa, el cabildo como instancia de poder comunal, al democracia comunitaria como recurso de toma de decisiones colectivas en consenso, el sirwiñaku, como recurso de convivencia pre matrimonial, la rutucha como el primer lugar de socialización de la persona, el apthapi como la institución de relacionamiento diplomático, entre otros. Es pues un nuevo esquema de construcción de lo social, el cual tiene raíces milenarias, las mismas que se están reconstituyendo dentro del nuevo modelo estatal.

Los tiempos actuales

El retorno al poder el Movimiento al Socialismo (MAS) con Luis Arce como presidente y David Choquehuanca como vicepresidente (2020-2025), supone el

reconocimiento de las bondades del modelo político implementado en el Proceso de Cambio. El gobierno actual tiene en David Choquehuanca, indígena aymara, a uno de los constructores del modelo de Estado Indígena. Será oportuno que desde el gobierno se pueda sistematizar estos conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas, que desde la académica no son reconocidos, y en muchos casos son subestimados en sus potencialidades. Las universidades indígenas (Universidad Indígena Tupac Katari, Universidad Indígena Casimiro Huanca y Universidad Boliviana Guaraní y Pueblos de Tierras bajas) son una buena oportunidad para la visibilización de esta nueva realidad en el ámbito científico.

Esta lógica colonial, de la sobreposición de lo foráneo a lo originario, que existe en el ámbito académico, ya no es aceptable, porque las transformaciones institucionales de la política boliviana están trastocando los manuales clásicos de la ciencia política. Es decir, estamos asistiendo a la emergencia de nuevos paradigmas políticos que requieren ser visibilizados por la ciencia social, porque de lo contrario la academia solamente servirá para el monologo academicista, que no sale de las cuatro paredes de las bibliotecas, las aulas o los institutos.

Considerar a la pachamama como un esoterismo es no poder salir de un modo de pensar occidental restrictivo, sin poder ver que los modelos de desarrollo importados muchas veces aparecen como un discurso también esotérico, pues muchas de los criterios con los que se mide el nivel de desarrollo en los diversos países, sólo son aplicables a realidades europeas. El enfoque macroeconómico que mide a los países por números para evaluar la riqueza, son insuficientes cuando existen innumerables variables para entender el desarrollo integral, donde se integra al ser humano y la naturaleza.

El pachamamismo es un modelo político materializado dentro del Estado Plurinacional. Requiere que los académicos conscientes de su realidad los constituyan en categorías de comprensión de su realidad. Así, el modelo del Suma Qamaña es un proyecto social que busca ser materializado concretamente a través de políticas públicas específicas.

Se está desplegando una nueva institucionalidad a través de leyes que le dan una estructura jurídica con la orientación hacia la transformación de las acciones humanas, buscando la consolidación de la plurinacionalidad. Algunas de estas leyes son: la Ley de los Derechos de la Madre Tierra (Ley Nº 071), la Ley de Educación Avelino Siñani – Elizardo Pérez (Ley Nº 070), con el que se busca recuperar los conocimientos tradicionales; la Ley de Lucha contra la Corrupción (Ley Nº 004), para evitar el enriquecimiento ilícito de los servidores públicos; la Ley de la Lucha contra el Racismo (Ley Nº 045) con el que se busca prevenir los actos de discriminación por motivos de sexo, color o religión; la Ley de Autonomías (Ley Nº 031) con el que se busaca descentralizar la gestión regional y municipal; la Ley del Órgano Judicial (Ley Nº 027) por el que cualquier postulante con méritos académicos puede ser electo como juez por apoyo popular; entre otros. Estamos en pleno proceso de generación de una nueva economía jurídica que consolidará el proyecto gubernamental de horizonte plurinacional.

Quienes piensan que el pachamamismo es un exotismo, que sólo sería válido para los turistas no conocen la realidad social cotidiana. Incluso intelectuales indianistas repiten estas críticas como resonancia de los intelectuales extranjeros, lo que manifiesta la necesidad de seguir profundizando el estudio de las instituciones indígenas, para no repetir estas consignas superficiales. Es parte de la incomprensión de la lógica andina, puesto que quieren leer la realidad andina con categorías occidentales, buscando encajar nuestras realidades a conceptos producidos en otros contextos sociales muy ajenos al nuestro. Esto es “producto de la borrachera o ch’aki colonial” (Yampara, 2010), en la que se mueven los intelectuales de escritorio, quienes siempre pensaron que ellos eran los gurus de la ciencia política. Como nunca cultivaron la tierra para alimentarse, o nunca pastaron ganados para vestirse, no entenderán jamás esta nueva forma de administración política. Esta aparente folclorización mediante rituales, ch’allas, bailes, son el fundamento metafísico de los pueblos indígenas, que son bien comprendidos por ellos mismos.

!!! Jallalla markanakasan amuyunakapa ¡¡¡

Notas:

  1. Filósofo boliviano dedicado a la docencia universitaria. Actualmente es parte de la Asociación Boliviana de Filosofía (ABOF) y de la Comunidad de Estudios de El Alto (CERCO). Autor de diversos textos, ensayos y artículos publicados en revistas físicas y páginas electrónicas.
  2. Cabe hacer notar que una de las primeras intelectuales que acuño este término en Bolivia fue la antropóloga inglesa Alison Speding en un seminario sobre cosmovisión andina en 2005, en la carrera de filosofía de la UMSA, que posteriormente teóricos políticos la utilizarían como criterio de subestimación del proceso. Incluso intelectuales indianistas repiten esta consigna sin hacer realizado un estudio profundo sobre la categoría en su perspectiva ontológica.
  3. Cabe hacer notar que desde la CSUTCB, organización de los indígenas, el movimiento katarista ya desde los años 70 irá promocionando políticamente lo plurinacional, como alternativa al modelo nacionalista y al neoliberal.
  4. La Asamblea Constituyente tuvo la participación de toda la bolivianidad, pues participaron de este espacio indígenas, intelectuales, obreros, mineros, profesionales, universitarios, transportistas, trabajadoras del hogar, deportistas; esto debido a que no solamente las personas elegidas para la asamblea provenían de diversos sectores sociales, sino también porque la metodología de trabajo de la constituyente consistía en visitar las diferentes regiones para recoger propuestas sectoriales. Al mismo tiempo debemos hacer notar que esta fue la primera asamblea en el que el pueblo participaba, siendo del MAS el partido en recoger las aspiraciones del pueblo. De los 255 integrantes de la Asamblea Constituyente, 137 correspondían al MAS, mientras que solamente 60 correspondían a la fuerza opositora PODEMOS, los restantes eran parte de agrupaciones pequeñas o partidos minoritarios. Con todo, mientras algunos se sumaron a la oposición, otros pequeños partidos se sumaron al oficialismo, haciendo un total de 164 constituyentes (64%) para el proyecto plurinacional; mientras que 91 constituyentes (36%) se alinearon a la oposición: Esta situación obligó a buscar pactos y consensos necesarios, hasta llegar al Congreso Nacional donde con modificaciones leves, la constitución nueva fue viabilizada para su aprobación en un referéndum.
  5. Oblitas, 1963, p. 49-50.
  6. La nacionalización debe entenderse como la expresión de un sujeto de soberanía activa, que lucha frente a un adversario cuyos intereses son percibidos como perjudiciales. El nacionalismo es un horizonte motivacional enraizada profundamente en la acción política colectiva de los ciudadanos. Ver más en Sue Iamamoto en su texto El nacionalismo boliviano en tiempos de plurinacionalidad (2013). La nacionalización se da en un contexto cultural en el que existen varias nacionalidades, donde la diferencia es condición de la construcción una identidad nacional, basado en las raíces históricas, que vienen de la memoria larga como los héroes indígenas como Tupac Katari, Bartolina Siza, Apiawayki Tumpa, Micaela Bastidas, Zárate Willka; al mismo tiempo la memoria corta se sustenta en la lucha de los líderes nacionales como Pedro Domingo Murillo, Simón Bolívar, Juana Azurduy de Padilla entre otros. Pero la materialización de esta idea se da a través de la nacionalización de varias empresas estratégicas, como YPFB, ENTEL, ENDE, GDF, en entre otros; son las fuentes principales de financiamiento de las políticas sociales implementadas por el gobierno plurinacional.
  7. La combinación de lo científico moderno con lo tradicional, es ya una petición de los indígenas hace muchos años, así el indio Fausto Reinaga sentenciaba: “El estado será un Poder; y la nación una comunidad sanguínea y espiritual; una unidad de carne y alma. Gobierno y pueblo se someterán a un plan científico; y organizarán una República Socialista India; donde no habrá ni explotación del hombre por el hombre ni discriminación racial alguna” Véase La Revolución India, 2009.

Bibliografía

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García Linera, Álvaro (2010). “El socialismo comunitario. Un aporte de Bolivia al mundo”. En: Revista de Análisis. Año 3, La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional.

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Wanderley, Fernanda (2011). “Pluralismo Económico, Mercado y Estado”. En: Debate sobre el cambio. La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional.

Yampara, Simón (2010) “¿Oportunismo – pachamamismo?” En: Red pro Bolivia. Disponible en: http://probolivia.net/wordpress/?p=674.

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