Uno sector de las trabajadoras sexuales de El Alto protagonizó ayer un mitin de protesta en la avenida 6 de Marzo, debido a que su situación se agrava porque la dirigente Lily Cortez, presuntamente, intenta instalar otros lenocinios para hacerles competencia.
En medio de impotencia y rabia, echaron pintura a estos nuevos locales que intentan ofrecer el servicio de manera clandestina y con la venia de Cortez, porque atentan su derecho al trabajo.
“Son 31 lugares privados y 17 lenocinios, no hay más locales, no puede haber más, pese a que Lily Cortez ya vendió un cupo de 30 locales, los vamos a destruir porque son clandestinos, incitan el maltrato a la mujer y contratan menores de edad”, afirmó la representante de uno de estos sectores, María Luisa Choquehuanca..
“Lamentablemente en esta cuarentena si no nos mata el hambre nos va matar la enfermedad, hemos tenido que estar trabajando clandestinamente, escapando peor que delincuentes y hoy en día hemos presentado propuestas de bioseguridad a las autoridades y no nos escucha siendo el sector más vulnerable”, añadió.
Al igual que varias actividades económicas, el sector de las trabajadores sexuales se paralizó con el inicio de la cuarentena rígida y hasta el momento no retorna a la normalidad, dejando a varias familias sin sustento económico.
“Hemos intentado realizar otras actividades, pero nuestra propia gente nos maltrata, hemos intentado vender frescos, pero las comerciantes del lugar han venido echarnos del lugar, han echado nuestros frescos; hemos intentado hacer masitas pero tampoco no nos permiten realizar otra actividad, por eso nos hemos vista obligadas a volver a la actividad”, argumentó.
Ya tienen protocolos de bioseguridad
Choquehuanca informó que ya se presentaron la propuesta de protocolos de bioseguridad para el sector ante el Centro de Operación de Emergencia Departamental (COED) y espera que se la apruebe con la venia de las autoridades del municipio alteño, para retomar el oficio en cumplimiento de las normas.
“Pedimos a las autoridades flexibilizarse, ceder a nuestro protocolo presentado al COED, es lo único que esperamos, ya que no podemos seguir trabajando y escapando como delincuentes”, añadió.
Son alrededor de 1000 mujeres que se dedican al oficio más antiguo del mundo, en la avenida Jorge Carrasco, de la ciudad de El Alto.
Además, fueron las primeras en paralizar y serían las últimas en retomar actividad.
“Somos más de 1000 familias afectadas por el machismos y la discriminación de las autoridades y nuestros vecinos, 800 estamos ejerciendo sin la debida autorización”, ratificó.
En caso de que se insista instalar más locales y las autoridades municipales lo permitían, este sector amenazo con radicalizar sus medidas de protesta e ir hasta el lugar para destruirlos con sus «propias manos».