Por Abdón Zárate (*)
Introducción
La Ciudad de El Alto celebra 39 años de consolidación legal, aunque su existencia material se puede rastrear desde la precolonia. Las primeras culturas originarias se establecieron en estos espacios mediante el control vertical de pisos o la simbiosis interzonal ecológica, teniendo un mejor desarrollo por la irradiación inka en el siglo XI, posteriormente el establecimiento de los señoríos aymaras en las riveras del Lago Titicaca, constituyéndose el Collasuyo. Con posterioridad, se sabe que en 1781, Tupac Katari se estableció para organizar el Cerco a La Paz, mientras que con posterioridad, en 1899, Zárate Willka movilizó a los indígenas en la Guerra Federal. Existen datos históricos que se pueden rastrear ya mucho antes de la fundación legal de esta ciudad.
La proyección de la “ciudad del futuro con identidad” tiene posibilidades de realización siempre que los mismos alteños puedan escribir su historia. Las proyecciones de una ciudad deben ser realizados en base a datos empíricos para una mejor lectura de la realidad, que es lo que insinuamos en el presente escrito como una introducción inicial al “Coloquio sobre la Visión de futuro de la Ciudad de El Alto” organizado por la Comunidad de Estudios de El Alto (CERCO).
El presente Coloquio contará con la participación de Pablo Mamani Ramírez (Sociólogo), Gustavo Cortez Alanoca (Arquitecto), Rocío Oporto Barriga (Politóloga), Guido Alejo Mamani (Arquitecto), moderado por Abdón Zárate Fabián (Filósofo), el mismo que será transmitido virtualmente por la página de Facebook de CERCO, el día miércoles 6 de marzo de 2024, a horas 19:00 pm. El presente espacio busca delinear las bases para construir una visión de futuro desde la alteñidad.
Características de la Ciudad de El Alto
En próximos días asistiremos al nuevo “Censo de Población y Vivienda 2024” que nos dará información empírica sobre las características de esta ciudad. Por lo pronto, contamos como punto de referencia con los datos ofrecidos por el Censo de 2012, cuando se presentaba una cantidad de 848.452 habitantes, los mismos que para este Censo 2024 se han proyectado llegar a los 1.5 millones de habitantes, con un crecimiento vertiginoso. Observando los datos del último Censo, se pueden realizar algunas proyecciones objetivas.
El Alto es la segunda ciudad de Bolivia en extensión y población, lo que lo posiciona como un actor determinante en un futuro inmediato, en temas económicos, políticos y culturales. La radiografía del Censo 2012 mostró que los alteños van construyendo rápidamente una nueva fisonomía. A diferencia del pasado que se consideraba que esta ciudad estaba constituido por migrantes, con los nuevos datos se puede afirmar que hay una población originaria alteña. Según los datos objetivos del 2012, sobre el “lugar de nacimiento” se tiene que un 78.34 % nació “aquí”, mientras que solamente un 21.16% informa que “nació en otro lugar del país”, lo que permite afirmar que estamos ante una nueva generación de originarios de este suelo, consecuentemente, esta ciudad está compuesto por originarios descendientes de migrantes.
La identificación con esta ciudad también se manifiesta sobre el “lugar de residencia habitual” al cual un 98.95% afirma que es “aquí”. Ya no es un lugar de paso o dormitorio como en el pasado. La pertenencia a esta ciudad fácilmente se puede evidenciar en las distintas manifestaciones sectoriales, donde los vítores ya no van por “Jallalla Tupac Katari” de los primeros migrantes, sino por “El Alto de pie, nunca de rodillas”, cuya frase manifiesta una pertenencia con este suelo, con el “ser alteño” o “ajayu alteño”, que busca constituir el sentido de pertenencia con esta ciudad.
La población es mayoritariamente joven, en el que en primer lugar se encuentran los grupos de edades de entre 20-39 en un 34.61%, en un segundo lugar de entre 6-19 años en un 30.57% (INE, 2012). El crecimiento vegetativo tendrá sus efectos en el crecimiento social. Una manifestación palpable de esa juventud es su alcaldesa que cuenta con 37 años, que también tiene una nueva mirada, ella misma, Eva Copa afirma que: “El Alto se está modernizando” (Radio Fides, Programa Al Otro Lado, 28/02/2024). Claro está, tendremos que pensar críticamente sobre esta modernización con identidad propia.
En cuanto a la cultura, hay una determinación andina que se manifiesta en los apellidos, viviendas, pintura, festividades, en suma, en sus prácticas cotidianas. Si bien el Censo 2012 manifiesta que el 70.85% tiene como lengua materna al “castellano”, siendo que solamente el 25.74% dice tener al “aymara” como lengua materna, sin embargo, esto no limita que los alteños se identifiquen mayoritariamente con la “cultura aymara”.
Los alteños son, por necesidad, bilingües. Se desenvuelven en relaciones castellano-aymara, castellano-inglés, castellano-chino, castellano-quechua, para una mayor movilidad social, especialmente en el ámbito comercial. Consecuentemente, se permiten movilidad nacional e internacional a través del uso diverso del idioma. Al mismo tiempo que, la excedencia de la identidad sobre la lengua es una manifestación de la vigente descolonización en la que se va desarrollando esta ciudad.
Los recursos humanos son el verdadero baluarte de esta ciudad. Sobre la actividad económica, se tiene que el 36.02% se dedica al “comercio, transporte y almacenes”, mientras que el 25.38% se dedican a “otros servicios”, finalmente el 19.16% se dedica a la “industria manufacturera”. La ocupación económica alteña es diversificada, es más, el alteño de por sí tiene múltiples oficios. Así, muchos profesores se dedican también al comercio, muchos policías se dedican también al transporte, muchos profesionales libres tienen su centro comercial, es decir, los alteños se dedican a múltiples actividades económicas que le permiten vivir dignamente, e incluso poder costear actividades vacacionales y/o festivas propias de su cultura. Existe una mano de obra diversificada, que lo constituye en una ciudad con un potencial humano que permite pensar en un futuro promisorio. El movimiento económico está determinado por su capital humano.
Las empresas alteñas también se han diversificado. Algunas de las empresas más sobresalientes son la Planta Industrializadora Leche PIL, Embotelladora Coca Cola, Chocolates el CEIBO, Cerámicas COBOCE, La Papelera, Ensambladora de Vehículos Motorizados Unisia, entre los más destacados. Estas empresas manifiestan el potencial industrial de esta ciudad.
El Aeropuerto es la puerta de la internacionalización del boliviano. Es parte de la construcción estructural de El Alto, que debe ser culturalmente nacionalizado, pues cuando uno pasa por este espacio, no encuentra alteños entre los aviadores, ni mujeres de pollera entre las azafatas, y peor aún, los anuncios se realizan en castellano e inglés, pero en ningún caso en un idioma originario, a pesar de estar constitucionalizado la plurinacionalidad. Es un tema pendiente a corregir.
Con todo, estamos ante una ciudad joven que va construyendo su identidad, que podría constituirse en un futuro en la “capital de la región andina”, como lo habían planteado ya anteriormente los Planes de Desarrollo Municipales. La partida de esta proyección a futuro nace de la misma composición poblacional generacional. “Estas nuevas generaciones alteñas se socializan con una nueva certeza: son alteños y pertenecen a esta ciudad” (Rodríguez, 2005, p. 88).
Esta nueva certeza parece orientar el optimismo de las autoridades alteñas, cuando se afirma que el siguiente Censo 2024 permitirá superar los 1.500.000 de habitantes en la Ciudad de El Alto. Para este cometido, el municipio ha desplegado una campaña con el lema “Yo me Censo en El Alto”, con el objetivo de persuadir a los vecinos alteños de los 14 distritos municipales a quedarse en esta ciudad el día del Censo (23 de marzo de 2024).
Visión de futuro de la Ciudad de El Alto
Una visión de futuro debe ser construido a través de la mirada “qipnayra” que es un procedimiento que permite ver el pasado, comprender el presente para proyectar el futuro. La mirada de El Alto como la ciudad más joven, la más revolucionaria, la más trabajadora, también debe reflejar que tiene índices de pobreza, de analfabetismo, de desnutrición, de inseguridad ciudadana, etcétera. Estamos en un tiempo prudente para ponernos a reflexionar sobre el futuro de esta ciudad con la participación de los múltiples actores que lo componen.
Los datos empíricos ratifican la idea inicial del himno alteño: “Surge el Alto tenaz”. Con la fuerza de la mano de obra alteña fácilmente podría proyectarse como el líder nacional en un futuro inmediato, siempre que el Estado, el Municipio, la Universidad, la Empresa, pero fundamentalmente, su población, tengan claro que ha llegado el momento de construir nuestra ciudad con identidad propia.
Existe el potencial para constituirse en la “ciudad industrial andina” que está presente en las prácticas que enriquecen la subjetividad alteña. La interculturalidad alteña celebra festividades religiosas en nombre de “Dios”, pero también se practican rituales a nombre de la “Pachamama”, los cuales conviven armoniosamente con las transformaciones industriales, como sucede con la implementación del medio de transporte más moderno del país, como es el Teleférico. Esta composición intercultural debería estar presente en los distintos símbolos, himnos, escudos y lenguajes alteños. Al finalizar el himno alteño se dice: “O vencer o morir, por El Alto feraz”, diremos que ahora, es tiempo de vencer, porque hasta ahora esta ciudad ha ofrendado muchas vidas por el país. Es hora de construir el futuro de esta ciudad.
Bibliografía
Instituto Nacional de Estadísticas (2012). Fichas Resumen Censo de Población y Vivienda. Distritos de la ciudad de El Alto. La Paz: INE.
Rodríguez, Mario (2005). “Interculturalidad en la ciudad de El Alto: ese aguayo multicolor con pampa aymara”. En: El Alto: 9 aspectos que configuran la ciudad. La Paz: PAR-EL ALTO
(*) Abdón Zárate es filósofo y abogado, docente universitario, presidente de la Asociación Boliviana de Filosofía (ABOF) e integrante de la Comunidad de Estudios de El Alto (CERCO).