Por Guido Alejo (*)
La dinámica política alteña está -a menudo- en la palestra mediática nacional, siendo muestra del peso específico que ha logrado la ciudad desde el año 2003, lo que se ha visto amplificado durante las elecciones subnacionales, especialmente por la fluctuación de la votación del MAS que ha derivado en el triunfo de Eva Copa como alcaldesa electa de la ciudad.
Es precisamente este tema el que ha estado permanentemente en la agenda mediática, lo que algunos analistas han denominado como “fenómeno Copa” concentrándose en el contexto político próximo a las elecciones, vale decirlo, con intenciones determinadas, aunque no es nada extraño porque el demarcar y remarcar un movimiento político es y será una condición permanente en los próximos años.
El “fenómeno Copa” más que la acción de Eva Copa, comprende la reacción de un gran segmento de El Alto ante la displicencia del MAS por empoderar a nuevos líderes alteños tanto al interior de los ministerios como en la nominación de candidaturas para las elecciones subnacionales. Por ende, no es el efecto de una persona, sino forma parte de una secuencia de hechos que afectan la imagen de la cúpula del MAS ante la población y es capitalizada por Eva Copa.
DESLEGITIMACIÓN DE LA DIRIGENCIA PRO-MAS Y LA SUPUESTA “AUSENCIA” DE LIDERAZGOS
Desde la finalización de la gestión de José Luis Paredes, paulatinamente las expectativas alteñas fueron menguando en cuanto al desarrollo multidimensional de la ciudad, la cual sufrió repetidas frustraciones que se expresaban en el bajo nivel de aprobación de los sucesivos alcaldes.
Tal descontento también se expresó en la deslegitimación de la dirigencia de organizaciones como la COR y FEJUVE, así también de la cúpula de Evo Morales. La oposición antiMAS tampoco aprovechó para construir poder en la ciudad, sin embargo, el voto castigo al MAS posibilitó el ascenso de Soledad Chapetón en 2015.
Durante los conflictos de octubre y noviembre de 2019 ya se pudo advertir la indiferencia de la población alteña en relación a la “movilización pitita” y los pedidos de renuncia a Evo. La mayor parte de la ciudad de El Alto mantuvo una actividad normal mientras los conflictos en el centro y sur de La Paz recrudecían. La reacción posterior a la renuncia de Evo y su cúpula, no estaba centrada en pedir su regreso, sino en la defensa de la Wiphala y la mujer de pollera.
En fecha 13 de noviembre de 2019 se celebró un cabildo en la Av Juan Pablo II cerca de la UPEA. Uno de sus objetivos era la identificación de líderes que puedan dirigir el movimiento (los dirigentes proMAS de las organizaciones sociales habían sido desconocidos), sin embargo, el mismo mecanismo de elección de liderazgos -apresurado e improvisado- demostró deficiencias en cuanto a la promoción de líderes de forma endógena, es decir, los medios de comunicación de El Alto, organizaciones sociales, políticos e intelectuales alteños no actuaron -ni actúan- como un ecosistema para posesionar liderazgos notorios, tal capacidad recae en los partidos, élites políticas y medios de comunicación no alteños.
En este sentido, la “ausencia de liderazgos” es una percepción somera, lo inexistente es su promoción por plataformas que no son las hegemónicas, en este caso algunos de los grandes medios de comunicación, paceños, cruceños y siglas políticas como el MAS. Esto sumado a la pérdida de legitimidad de la dirigencia de las organizaciones sociales. En ese contexto, Eva Copa tuvo un espacio político como senadora del MAS y luego se posesionó mediáticamente por la prensa y medios de comunicación nacionales, aunque esto ya en una etapa política crítica en el país.
LIDERAZGOS ALTEÑOS EN LAS ELECCIONES SUBNACIONALES MUNICIPALES
En relación a los liderazgos alteños se pueden dar dos ejemplos de personajes que tenían gran potencial para posesionarse en las elecciones subnacionales, ambos con perfiles distintos, Fermín Tarquino “El Vecino” y Kawi Kastaya uno de los “defensores de la wiphala”.
El fallecido Fermín Tarquino se posesionó como figura pública local durante varios años con el programa “La hora del Vecino” difundido en el canal 24 en la que hizo una destacable labor social, además de compartir contenido en idioma aymara, lo cual aseguraba una llegada a una población heterogénea más allá de lo urbano. Su fallecimiento fue imprevisto en la que iba a ser su primera contienda electoral, en la cual estaba inscrito como candidato a alcalde.
Kawi Kastaya fue una de las figuras visibles durante los conflictos de 2019, especialmente en las movilizaciones alteñas por la defensa de la wiphala. Fue dirigente de la FEJUVE y escribió varios artículos y un libro en referencia a las reivindicaciones de las naciones “indígenas”. Su personaje tuvo relevancia en las RRSS durante noviembre de 2019 llegando a ser invitado a algunos programas de los grandes medios de comunicación. Durante las elecciones subnacionales figuró como candidato a 1er concejal por el MTS.
En la trayectoria de ambos personajes se puede evidenciar la dificultad -debilidad de medios- de posesión de personajes políticos alteños de forma endógena. En el caso de Fermín Tarquino, si bien su perfil se aproximaba mucho al de Guillermo Mendoza -como alguien que daba un salto de la labor social a la política- el efecto en la preferencia electoral de la población alteña era intrascendente tomando en cuenta las encuestas.
En el caso de Kawi Kastaya, su perfil político recogía elementos importantes como la “rebeldía”, “valentía” y “lucha identitaria”, sumadas a un perfil de intelectual aymara que era legitimado por un trabajo constante en las bases alteñas, más esto no se vio reflejado en la votación.
Como parte de la problemática política de los liderazgos alteños, están la dependencia mediática por de los grandes medios de comunicación, la ausencia de visión política en la elección de candidatos (como en el caso de Kawi Kastaya), la ausencia de plataformas de promoción política más allá de las organizaciones sociales que han perdido legitimidad, la dependencia del respaldo de siglas de grandes partidos políticos. En el presente, personajes como Roberto de la Cruz mantienen vigencia apostando por otros medios y Eva Copa logró consolidarse también de forma similar.
EVA COPA Y SU DESEMPEÑO ELECTORAL COMO FIGURA POLÍTICA INFLUYENTE
Eva Copa -como personaje político- ha sido motivo de muchos escritos de opinión que van desde la denigración hasta la condescendencia y militancia. Lo cierto es que su irrupción demuestra que lo que pesa en política es la memoria corta más allá de los antecedentes, al igual en elecciones pesa más el carisma que la propuesta, algo generalizado en el panorama político boliviano.
Como varios candidatos a la alcaldía, Eva Copa no fue un personaje nuevo, ya que formó parte del gobierno del MAS desde el 2014 estando 6 años en funciones de poder; fue partícipe –directa o indirectamente- de las políticas gubernamentales, acciones, inacciones u omisiones del MAS en El Alto, así como la postergación de la investigación sobre los hechos concretos de la masacre de Senkata, sin embargo, no quedan dudas de su olfato político y habilidad de cohesionar grupos sociales heterogéneos -al menos de forma temporal- así como aprovechar los resquicios políticos que no son usuales para personas de base. El mismo contexto alteño demandaba liderazgos, y Eva Copa supo posesionarse y acaparar toda la atención.
Más allá de Eva Copa -como persona- la presente sección del escrito se centra en lo que su personaje genera, para ello se pueden recurrir a los datos emanados del Tribunal Electoral Departamental en relación al rendimiento electoral de los candidatos de la agrupación “Jallalla”, además de contrastarlo con las tres encuestas de CiesMori realizadas el 24 de enero, el 12 y 25 de febrero. Como antecedente se puede mencionar los criterios de analistas como Andrés Gómez que se referían al “fenómeno Copa” en la primera encuesta indicando: “Eva Copa (…) es como una locomotora que estaba jalando a Felipe Quispe (…) que va a jalar el vagón de la gobernación, Castro (…) es un tercer vagón” (Así Decidimos, 24 de enero).
- La Candidatura de Eva Copa partió con un 80,60% de preferencia electoral, subió a un 89,20% y se redujo levemente a un 87,60%. El 11 de marzo logró una votación de 68,70% según recuento oficial del TDE.
- La candidatura de Felipe Quispe para la gobernación partió con 35,80%, tras su fallecimiento y la asunción de Santos Quispe la votación se redujo a un 25,60% y a un 25,40% en la tercera encuesta. Según el recuento oficial del TDE logró un 25,18%.
- David Castro, candidato a alcalde de La Paz, inició con un 5,20% de preferencia, la cual redujo a un 4,50% para luego subir a un 5,30%. Logró un 5,60% según el TDE.
Los números indican que Santos Quispe y David Castro mantuvieron su preferencia electoral. Santos con una leve tendencia al descenso y David al alza. La influencia de Eva Copa, si bien pudo evitar una disminución del electorado, tampoco aportó un ascenso significativo, otro dato interesante es que su preferencia electoral final se redujo en casi 20% tomando en cuenta las encuestas, posiblemente por las repercusiones generadas por el trágico accidente de estudiantes en la UPEA. Pese a ello su apoyo electoral es contundente.
Para completar este panorama, el apoyo a Eva Copa no se reflejó en la misma magnitud en el apoyo a sus concejales. Copa logró un 68,70%, sus concejales un 59,14%, en contraparte el MAS logró 19,14% de preferencia con Zacarías Maquera, sus concejales un 25,38%. Esta variación implica que, hasta cierto punto, la población alteña ha depositado su confianza en la exsenadora, mas eso no implica fidelidad incondicional. El rechazo a la cúpula del MAS fue expresado con un voto entusiasta, mas no necesariamente militante.
¿“COPISMO” O “PROYECTO POLÍTICO”?
El 31 de enero, en plena campaña electoral, Issac Barrientos, artista de la Calle en El Alto, indicaba: «Eva Copa es la verdadera mujer que nos hace acuerdo a Juana Azurduy de Padilla, Bartolina Sisa Vargas (…) me gusta que una mujer alteña le pare el coche al caprichoso de Evo Morales»(Pagina de Facebook de “Renueva”). Bien las declaraciones muestran rebeldía y la forma en la que ésta es delegada y encarnada en una persona, mas no necesariamente implica un salto significativo en la forma de hacer política.
La clase política boliviana -que es reflejo de la sociedad- es propensa al encumbramiento periódico de caudillos más que de proyectos de país. En el peor de los casos, el “fenómeno Copa” derivaría en un “copismo”, una derivación del “evismo” frustrado, del cual se vieron algunas muestras en la campaña electoral.
En el mejor de los casos todo este movimiento se condensaría en un proyecto político, en el que Eva Copa sería la cara visible y bisagra para el empoderamiento nacional de más actores alteños, sin embargo, su discurso político no tiene un elemento diferenciador y aglutinador de forma positiva, más allá del aymarismo coyuntural, el antievismo o la intención latente de “reconducción del proceso de cambio”. Es muy temprano para hacer evaluaciones al respecto.
Para finalizar, una de las ideas más fuertes esgrimidas y asentadas por el movimiento encabezado por Eva Copa es la de “Renovación”, idea positiva en el sentido del necesario recambio generacional en la política boliviana, así como el ejercicio del poder efectivo por parte de grupos sociales que tienen una presencia simbólica en el Estado. Sin embargo, la renovación sola no es suficiente, ya que implica un recambio de rostros viejos a rostros nuevos, manteniendo ciertas prácticas y estructuras dadas, una “puesta al día” en la política boliviana.
Es necesario solucionar problemas estructurales, el extractivismo, los regionalismos, el racismo, el caudillismo, el patrimonialismo de Estado y otros males; para ello no solo se necesita renovación, sino un giro en la forma de pensar y administrar el Estado, luchar por objetivos políticos más trascendentes que el básico ejercicio del poder, cualquier proyecto político que tenga tal motivación, será bienvenido.
(*) Guido Alejo es arquitecto y analista guidoalejo.wordpress.com