XXXVI Años de El Alto como ciudad: ¿una opción?

Por Johnny Fernández Rojas (*)

Ceja de la ciudad de El Alto

La respuesta categórica e inmediata, es sí. Para justificar este enunciado, se ensayarán algunas explicaciones que bregarán por asentirla.

En el pasado reciente, prácticamente en menos de medio siglo, el territorio alteño, de manera masiva, recurrente y acelerada, fue fijada para establecer una vivienda; fijación teñida con un borroso futuro y con notoria resignación.

Los apresurados asentamientos humanos con visible desorden y arbitrariedad, configuraron el atípico crecimiento de la población experimentada, especialmente, en las décadas de los años 80 y 90. Y, la demografía reorientó su comportamiento.

Los tiempos cambian, febriles y presurosos; el Siglo XXI, al parecer, aguardó su presencia a la Ciudad de El Alto, porque la vorágine del desarrollo, empezó precisamente, en ese lapso, y actualmente, la asume esa condición, con firmeza, pero los tropiezos, siguen también y con recurrencia.

Los luctuosos hechos de 2003, al margen de su efervescencia política, hizo que la Ciudad de El Alto se incorpore a las instancias de consideración y decisión de los destinos del país. Para esa incorporación, también estreno una configuración y un contexto social y urbano, diferentes.

A guisa de ejemplos, algunas evidencias:

A la fecha, preferir una unidad habitacional, en los singulares condominios, en las nuevas urbanizaciones, en los programas de vivienda, en la atrevida tendencia de la “choletmanía”, o de manera particular, indiscutiblemente ofrecen variadas y tentadoras ventajas. En consecuencia, la respuesta a la opción es contundente y positiva.

Por otra parte, si se analiza posibilidades de encauzar emprendimientos económicos. Esta por demás concluir que las oportunidades están al alcance de la mano, sólo aguardan decisiones serias y sostenidas, y el éxito tenderá a engrosar las expectativas. Por tanto, la opción planteada también es sí.

En materia de transporte, la movilidad social intra e intermunicipal, la interprovincial, la interdepartamental y la internacional, prueban una dinámica sui géneris.

Los teleféricos, el Aeropuerto Internacional y el Helipuerto, se alinean a este torrente de traslación. El servicio regular terrestre corporativo o no, cumplen su rol, las que encuentran sus epicentros en las dos modernas terminales (interprovincial, interdepartamental e internacional), descripciones que hacen inclinar necesariamente la percepción, hacia el sí.

La Región Metropolitana divisa su advenimiento. Los municipios que serán influenciados, por esta moderna concepción de desarrollo integral de los pueblos, aceleran su puesta en marcha. Los alteños dan por descontado que la administración y el gobierno de todo ese sistema integral de conurbación, estará emplazado en la Ciudad de El Alto. Las justificaciones para ello, sobran. En ese entendido, también representa una sugestiva opción.

La educación superior se suma a estas contingencias. La principal, obviamente, la Universidad Pública de El Alto, con más de 80 mil estudiantes, distribuidas en 37 carreras, a las que se deben agregar 13 unidades desconcentradas en diferentes municipios y otras del post grado en el interior del país, tienden a una mayor proyección.

Le sigue la Escuela Superior de Formación de Maestros Tecnológico y Humanístico de El Alto, con las carreras de: Biología-Geografía, Educación Primaria Comunitaria Vocacional, Educación Primaria Comunitaria Vocacional, Artes Plásticas y Visuales, Comunicación y Lenguajes, Educación Musical y Educación Primaria.

A ellas, se suman las sucursales de casi una decena de universidades privadas, una infinidad de institutos académicos, entre ellas la policial y la de pilotaje aéreo. Innegablemente, otra opción.

La salud no se abstrae a esta corriente. El Instituto de Medicina Nuclear y Tratamiento de Cáncer en El Alto, cuatro hospitales de tercer nivel (tres estatales y uno privado), y más de una centena de centros de salud, hacen que los usuarios, se sientan atendidos y protegidos. Por consiguiente, el sistema salud, también se inscribe como otra opción.

El deporte se anexa a esta gama de “privilegios” de los actuales alteños. El moderno Estadio Municipal, habilitado inclusive, para eventos clasificatorios a campeonatos mundiales de futbol, junto a los polideportivos, los coliseos y casi un millar de campos deportivos en las villas alteñas, se ofrecen abiertamente para su práctica. Sólo aguardan voluntad y decisión. Condiciones que obviamente, refuerza el calificativo de opción.

Finalmente, los centros de investigación y con acreditación académica y científica internacional, hacen que este municipio sea único el país con estas singulares particularidades: la Estación Terrena del Satélite “Tupac Katari” y la moderna Estación Global de Vigilancia Atmosférica de Chacaltaya, segunda en importancia en América del Sur, representan reales espacios para que la ciencia y la tecnología de la mano de los científicos nacionales y extranjeros, hagan esfuerzos para mayor adhesión de jóvenes investigadores, y así, la erudición asuma un protagonismo desafiante. Resulta ser, también otra opción

Estos punteos de las expresiones alteñas de su actual cotidianidad, y con tendencias a ampliar, profundizar e intensificar su futuro, hacen que la Ciudad de El Alto sea una manifiesta, evidente e incontestable opción, no sólo para la región, sino también para el país.

La Ciudad de El Alto, en esta incontenible tendencia, con seguridad, apunta a ser considerada como una metrópoli cosmopolita, categoría suficiente, que en el futuro, también sea calificada, como una otra opción.

En 36° aniversario de El Alto, como Ciudad, que se celebrará este 26 de septiembre, con plena convicción y firmeza, pregonará: no hay “opción”, para esas opciones.

(*) Johnny Fernández Rojas es historiador alteño y miembro de la Comunidad de Estudios de la Ciudad de El Alto (CERCO) elalteniano@gmail.com.

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