La no habilitación de Eva Copa, un grave error del MAS

Por Fernando García (*)

Eva Copa
Eva Copa

Las dirigencias nacional y de El Alto encabezada por Evo Morales, han cometido un grave error y una doble afrenta o daño.

El error es la no habilitación de la candidatura de Eva Copa a la Alcaldía de ese municipio, una nueva expresión de hacer política acorde al nuevo tiempo y desafíos que emergieron después de la derrota política y caída de Evo Morales en octubre y noviembre del 2019.

Ella afrontó la nueva situación en condiciones de abandono y desbande de la estructura gubernamental y de organización del MAS. Sin dirección, sin conducción, sin acompañamiento que respalde su frágil situación, tomó decisiones apelando al sentido común de los que no tienen nada y vienen de abajo.

Ella nunca fue de la estructura de poder que de la noche a la mañana desapareció del esquema (unos huyendo del país y otros resguardando sus intereses personales sobre los políticos y colectivos). No fue de esa estructura no porque no quiso, sino porque a esos claustros no cualquiera ni todos podían ingresar.

Afrontó como pudo la nueva situación, defendiendo lo posible para no ensangrentar más el país y, sobre todo, con dignidad de mujer masista. La dignidad de los que vienen desde abajo bajo sus propios méritos y en respuesta de los suyos.

Tuvo que enfrentar sola el acoso de los enemigos sabiendo jugar en esos espacios y, también, el acoso de los de adentro, los del esquema de poder que no la veían con confianza y menos con capacidad de tomar decisiones propias.

Estos siguen acusándola y, al parecer, son los que ahora festejan su alejamiento sin percibir la autoflagelación que se suministran en función a cálculos mezquinos y resentimientos personales.

Sin embargo, los dos daños o afrentas que la decisión de cerrarle el paso provoca al MAS-IPSP son graves y lamentables.

Uno, el daño a las posibilidades de renovación y lanzamiento de nuevos liderazgos. Al parecer, la estructura de poder del MAS no quiere jóvenes con voz propia, con capacidad de tomar decisiones y proyectar liderazgos nuevos más allá de la figura y liderazgo de Evo Morales.

La mezquindad en la administración del poder florece a plena luz contra los jóvenes y las nuevas pulsiones emergentes de los barrios y centros urbanos populares.

Y, el segundo, es haber reconfirmado la naturaleza patriarcal y machista de la dirigencia y burocracia masista, que ve a las mujeres solo como un aditamento instrumental para la reproducción de los esquemas convencionales de ejercicio del poder por el poder.

(*) Fernando García es politólogo.

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